POR EL DESCENSO DEL PARANA
Elevan plegarias y ruegos a la Virgen
Hay unas 100 personas aisladas en la zona de la Cabaña de Don Julián, a quienes se asiste con alimentos llevados en lanchas en Paso de la Patria. Allí el río ayer llegaba al borde de las defensas del Huajó, y alcanzaba los 7,76 metros. En Itatí ya son más de 40 las familias evacuadas. Llevarán a la Virgen al borde del río para rezar por la bajante.
Esperar, rogar que no llueva, permanecer atentos y rezar. Poco más pueden hacer las decenas de familias que en los últimos días fueron dejando sus casas y trasladado las pertenencias que alcanzaron a poner al resguardo por el avance del agua en las localidades ribereñas de Paso de la Patria e Itatí. Aunque el fenómeno de “El Niño” había sido anunciado desde septiembre, su impacto moderado de los meses anteriores había permitido lugar a la esperanza, a la ilusión de que los pronósticos no se cumplieran, y que al fin de cuentas no “fuera para tanto”. Sin embargo, ahora llegó con toda la fuerza. Y el Paraná, sobrecargado y con más caudal de agua que en los últimos 115 años, se filtra por cada rendija que puede. En Paso de la Patria, el río había alcanzado ayer los 7,76. Una altura que amenaza con superar el nivel de las defensas que se construyeron durante el año para contener al arroyo Huajó, una vertiente del Paraná que rodea al pueblo por detrás, y que desbordarse causaría una verdadera catástrofe entre las cientos de familias humildes que habitan los asentamientos precarios en la zona de “El 30” y la chacra 440. Hasta ayer, eso no había pasado, pero todos los ruegos apuntaban a que la lluvia no llegara para causar estragos mayores. “El río está subiendo muy rápido. En el centro de evacuados hay unas cinco familias, y durante la tarde se iban a ayudar a salir a algunas más. Pero son muchos más los que permanecen con el agua en las casas, y que instalaron carpas a pocos metros para “aguantar” y no dejar sus cosas”, relataron a época desde los Bomberos Voluntarios de Paso de la Patria. Personal del Ejército y de Prefectura Naval había coordinado un operativo de asistencia, con lanchas incluidas, para llevar alimentos y agua embotellada a la zona de la Cabaña de Don Julián. Allí, completamente aisladas, habitan unas 100 personas. Mientras tanto, en Itatí las autoridades municipales confirmaron que ya superan las 40 familias evacuadas, y finalmente el río alcanzó al barrio Ibiray, que hasta el momento había permanecido “resistiendo” el embate de la creciente. Allí el Paraná había alcanzado los 7,94 metros, con tendencia creciente. Siete eran las familias albergadas en centros de evacuados, y otras 34 se habían trasladado a casas de familiares. Hoy, a las 17, los itateños se proponen congregarse en una procesión que partirá desde la Basílica, para acompañar a la imagen de la Virgen de Itatí hasta la costa. Una vez que parta la procesión se dirigirá hasta la Prefectura Itatí, allí los efectivos de esa Fuerza cargarán en andas a la imagen de la Virgen y se dirigirán hasta la esquina de Roque González de Santa Cruz y Castor de León en donde se elevará una plegaria, pidiendo que se detenga el avance de la creciente del Paraná. Una vez concluida la oración, los agentes de la Policía de Corrientes portarán la sagrada imagen hasta la Basílica.
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Sin datos oficiales
Dora Alcaje - Redacción de época
Aunque al principio las autoridades de Defensa Civil tomaron la decisión de comunicar con anticipación los efectos de la Corriente de “El Niño”, e incluso se comprometieron a centralizar los informes en una página web, el agua parece haberse llevado tal determinación. Ahora, no existen tales informes actualizados. Y salvo excepciones, los referentes de esa área gubernamental no reciben ni aceptan consultas de la prensa en los últimos días. ¿Cuántas son las familias afectadas hasta el momento en cada localidad? ¿Cómo se puede ayudar? Brindar datos precisos no parece estar incluido en las tareas obligatorias de quienes atienden la emergencia, sino más bien parece estar supeditado a la voluntad. Pero la falta de precisión no frenará el avance del río, y tampoco atenuará la emergencia. Por supuesto, atender a los afectados es lo primero. Pero organizar la difusión resultará también muy importante. Como en cualquier catástrofe, que la población se mantenga informada y poder conocer la realidad sin ambages no es un aporte menor. Quedan los peores meses por delante. Esperemos que informar al respecto no quede librado a la voluntad del momento.
Lunes, 21 de diciembre de 2015
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