Muchas veces a la hora de elegir el lugar para veranear se trata de buscar un espacio “amigable para los más pequeños”. Así, las empresas turísticas ofrecen los cinco mejores paseos para llevar a los chicos, entre los que se destacan además Traslasierra (Córdoba), Tandil, Mendoza y Merlo.

Una com­pli­ca­ción pa­ra los pa­dres es en­con­trar un lu­gar pa­ra que sus hi­jos dis­fru­ten y no se abu­rran du­ran­te las va­ca­cio­nes. Así, den­tro de las tan­tas apli­ca­cio­nes que ofre­ce la tec­no­lo­gía y ade­más las em­pre­sas de tu­ris­mo a la ho­ra de em­pren­der unas va­ca­cio­nes pa­ra dis­ten­der­se, los Es­te­ros del Ibe­rá se per­fi­la co­mo uno de los “des­ti­nos kids­friendly”, es de­cir aque­llos que pue­den lle­gar a gus­tar a los vi­si­tan­tes más pe­que­ños.
Se­gún una em­pre­sa de tu­ris­mo, a la ho­ra de re­fe­rir­se a los Es­te­ros in­di­có que: la pro­vin­cia de Co­rrien­tes ofre­ce la opor­tu­ni­dad úni­ca de acer­car a los chi­cos a la fau­na ar­gen­ti­na. Los es­te­ros son un san­tua­rio de más de cua­tro mil es­pe­cies de ani­ma­les y plan­tas que guar­da es­te te­rri­to­rio de agua de 1.300.000 hec­tá­re­as. Los ama­bles guar­da­par­ques or­ga­ni­zan nu­me­ro­sas ac­ti­vi­da­des en tor­no a es­ta ma­ra­vi­lla na­tu­ral pa­ra gran­des y chi­cos. Ade­más, el con­tac­to con la na­tu­ra­le­za pa­ra al­gu­nos ni­ños que vi­ven en el bu­lli­cio de las gran­des ciu­da­des se con­vier­te en un bál­sa­mo sa­na­dor y tran­qui­li­zan­te.
El pri­mer lu­gar de la lis­ta de cin­co es pa­ra Tras­la­sie­rra (Cór­do­ba) don­de en la tran­qui­li­dad de las sie­rras se pue­de vi­si­tar el arro­yo San Juan de los Ta­las, allí los más chi­cos pue­den re­co­rrer los sen­de­ros y ju­gar en el agua. Los más va­lien­tes pue­den lle­gar a Vi­lla Las Ro­sas, pa­ra co­no­cer el ser­pen­ta­rio Ma­chaq­way, con 27 es­pe­cies ex­pues­tas y tan só­lo 5 ve­ne­no­sas.
Tam­bién pue­den lle­gar a la gran­ja La Car­nio­li­ta y des­cu­brir el tra­ba­jo de las abe­jas y dis­fru­tar de gran va­rie­dad de pro­duc­tos de­ri­va­dos de la miel. An­tes de des­pe­dir­se, de­ben con­cu­rrir al mu­seo Roc­sen, en No­no, que des­de 1969 re­ú­ne ob­je­tos de los más cu­rio­sos.
El se­gun­do es Tan­dil, don­de se pue­de vi­si­tar el Ce­rro Cen­ti­ne­la y re­a­li­zar ca­bal­ga­tas, jue­gos o pa­se­os en la ae­ro­si­lla. Tam­bién se re­a­li­zan cam­pa­men­tos en el Va­lle del Pi­ca­pe­dre­ro, que ofre­ce char­las edu­ca­ti­vas so­bre la ge­o­gra­fía del lu­gar y ha­cer ac­ti­vi­da­des co­mo es­ca­lar o rap­pel.
En Men­do­za, otro de los des­ti­nos, lo más di­ver­ti­do pa­ra los pe­que­ños se­rán los de­por­tes de aven­tu­ra en Va­lle Gran­de, don­de hay cir­cui­tos pre­pa­ra­dos pa­ra chi­cos de raf­ting y cool-­ri­ver. En Mer­lo, por ejem­plo, se pue­de vi­si­tar el tren­ci­to de los Jäc­kel, que re­a­li­za un re­co­rri­do de tro­cha an­gos­ta por la sie­rra, en un área de 250 hec­tá­re­as en un re­co­rri­do que cu­bre 1.100 me­tros. Al fi­nal se ofre­ce una gus­to­sa me­rien­da re­ple­ta de tor­tas ca­se­ras.
Ade­más, a 17 km de Mer­lo, en la lo­ca­li­dad de Cor­ta­de­ra, se pue­de al­mor­zar en El Ado­be, una an­ti­gua edi­fi­ca­ción que ofre­ce jue­gos in­fla­bles, sulkys, ca­ba­llos y ani­ma­les de gran­ja, pa­ra que los chi­cos jue­guen y dis­fru­ten de la tran­qui­li­dad que brin­da el pai­sa­je.

Viernes, 11 de diciembre de 2015