ESCÁNDALO FINANCIERO
La Cueva Boschetti, un banco ilegal las 24 horas
Como propietarios de las cajas de seguridad y en las operatorias financieras de la Cooperativa Pyramis, que no es un banco, aparecen actuales legisladores provinciales y nacionales, ex gobernadores de Corrientes y reconocidos empresarios del medio. La justicia federal golpeó fuerte a la Cueva del Grupo Boschetti, que durante años funcionó al amparo y complicidad del poder político y económico correntino. Hay personas muy comprometidas que difícilmente puedan justificar de dónde sacaron el dinero que atesoraban en ese lugar.
La noticia fue tapada por los comicios presidenciales. El escándalo de una importante magnitud, que involucra a conocidos políticos e inversores locales, intentó desinflarse oculto tras la campaña electoral que ya se acabó. Por ahora se demora el peritaje informático. Los técnicos del Gendarmería Nacional recién se abocarán al análisis dentro de algunas semanas. Asimismo no pocos datos salieron a la luz. Uno, el listado de las personas que operaban en el irregular sistema. Adolfo Siviero, entre las documentaciones incautadas tras los diversos allanamientos del 2 de noviembre pasado, aparece como dueño del edificio de la tragedia de la calle San Martin. Allí murieron ocho obreros en el 2012. Si bien declaró en la causa, nunca fue imputado por la justicia. Es el responsable del fideicomiso. Asimismo es propietario junto a su mujer de Negocios Inmobiliarios, otra cueva financiera ubicada por calle Mendoza. Integran una endeble sociedad inscripta sin respaldo económico y muy “floja de papeles” para el monumental movimiento de dinero negro que circula por ese comercio. El lavado de dinero comienza a evidenciarse. Boschetti entregaba pagares a quienes le dejaban sus “ahorros”. Ese volumen monetario era utilizado para prestar a una importante gama de clientes necesitados de efectivo. Hasta aparecen un sinnúmero de hipotecas que jamás eran inscriptas, que eran la garantía de los deudores. Empresarios de medios entregaban cheques de terceros para que circulen entre los préstamos, sacándolos del control tributario de ganancias. El Banco Pyramis funcionaba las 24 horas y en días no laborables, otorgándole facilidad de extracción a la clientela. Al guardar el dinero en los llamados archiveros, sacándolo del circuito legal, se evitaban las alertas bancarias informadas a la AFIP. Dicen las malas lenguas que el juez federal que entiende en la causa, se muestra un “poco asustado” por una gigante bola de nieve que parece que no se derretirá fácilmente más allá de la llegada del verano.
Lunes, 7 de diciembre de 2015
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