Al terminar este año Corrientes volverá a ser la provincia con más decomisos de marihuana en Argentina. A septiembre ya superó su propia marca de 2014. Hasta 2012 Misiones era la jurisdicción con mayor número de secuestro de estupefacientes.

Cada año supera sus propias marcas. El incremento indica un viraje en el derrotero de los traficantes y eficiencias de las fuerzas federales.



El cambio implicó un viraje en el derrotero de los traficantes y también cierta eficiencia de las fuerzas federales que controlan las zonas fronterizas. El negocio internacional de la venta de drogas ilegales genera exorbitantes ganancias. Los miles de millones de pesos (y dólares) que mueve este comercio -pese a la prohibición- dan a las organizaciones criminales un soporte monetario para desplegar una gran logística. El estupefaciente proveniente de Paraguay entra al país por tierra, agua y aire. En ocasiones acopia antes de ser trasladada a los grandes centros urbanos o al extranjero (Chile o Uruguay). Una parte queda aquí. Como en cualquier negocio hay que invertir. Del pequeño vendedor de barrio al ambicioso comprador mayorista, todos arriesgan libertad y patrimonio. A más inversión mayor puede ser la ganancia. Deben ser astuto y no “quemarse”. Por eso es una red; una estructura reticular compuesta por nexos comerciales que se ramifican. Destruirla resulta imposible si se ataca a los extremos superiores (pequeños oferentes y consumidores), pues existen demasiados y aunque se detenga y encause a cien o mil de ellos otros tantos que los reemplazarán. La alternativa es una investigación global y que apunte a detectar los abruptos y desmedidos ingresos que produce el narcotráfico. Las investigaciones judiciales demostraron que el dinero narco se lava mediante inversiones inmobiliarias y compra en las acciones de los pases de jugadores de fútbol.

Lunes, 21 de septiembre de 2015