Es el ritmo más peligroso del Bailando por un sueño, el que más lesiones y porrazos se ha cobrado hasta aquí. Sino pregútenle a esta bailarina, que ya en su primer ensayo se llevó una cicatriz para toda la vida. . .

Sí, está bien: el que quiere Celeste, que le cueste… ¡¿Pero por qué tanto?! Eso podría estar pensando Celeste Muriega, quien tantas ganas tenía de participar en el Bailando por un sueño, hasta que se le dio. Y al fin, el sueño cumplido fue el propio: entrar al certamen de ShowMatch como protagonista, por mérito propio.
Pero entonces el precio, porque el destino se lo cobra, tarde o temprano. En el caso de Muriega la cosa tuvo que ver con su primer ensayo del ritmo que se viene, el aquadance. La morocha todavía estaba en pleno reconocimiento de esas grandes palanganas -son cuatro-, cuando un mal movimiento la hizo resbalar, dando de lleno la quijada contra uno de los bordes.
¡Dolor! Y sangre. Bastante. Pero la bailarina fue atendida de inmediato, y un médico le dio dos puntos de sutura en la pera, que se los sacarán el jueves. Como la herida no puede mojarse, la novia de Alejo Clérici -quien se vino especialmente desde Dubai para estar a su lado y cuidarla- no podrá ensayar el aquadance durante diez días. Por eso ya empezó a practicar el próximo ritmo, el cuarteto.
Y no es que Muriega ya da por descontado que pasará la danza del agua. Simplemente, no quiere quedarse quieta. Algunos lo llaman responsabilidad, otros obsesión. Ella sabe, simplemente, que si quiere Celeste, le va a costar…