Desde hace años, diversos estudios, tanto privados como públicos, ubican a la provincia de Corrientes en los puestos más altos del ranking de jurisdicciones con los superiores índices de pobreza. Hace poco, dos estudios realizados al respecto pusieron la lupa en la niñez. Uno de ellos, del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, arrojó que el 68,1 por ciento de los niños correntinos es pobre y que un tercio es indigente.

Un estudio refleja que el 68,1% de los niños vive en un hogar pobre y un tercio es indigente. Continúa en aumento la afluencia a comedores.

El informe denominado “36,5% de pobres y 12,1% de indigentes: los números que el Gobierno pretende ocultar”, revela que en Argentina habitan 7,3 millones de chicos pobres (el 53,8% del total desde grupo poblacional) de los cuales 2,7 millones están pasando hambre (20%, es decir, 1 de cada 5 chicos). En diez provincias argentinas el flagelo de la pobreza infantil supera el 60%: en Chaco, el 79,5% de los chicos son pobres y el 46,4% están pasando hambre, por lejos la tasa más alta de indigencia; en San Juan casi el 70% de los chicos son pobres; seguida de Santiago del Estero (68,3%) y Corrientes (68,1%). Estas dos últimas, junto con Misiones, presentan asimismo los más elevados niveles de indigencia, afectando a más de un tercio de los chicos. La incidencia de la pobreza y la indigencia es menor en los casos de Tierra del Fuego, Ciudad de Buenos Aires y Santa Cruz, aunque su situación no deja de ser preocupante. En la ciudad de Corrientes sólo basta con mirar a los barrios más alejados para notar la falta de servicios básicos y las numerosas necesidades insatisfechas. Uno de los barómetros mejor calibrado se encuentra en los comedores comunitarios. La afluencia creciente da cuenta de la imposibilidad que poseen las familias de afrontar la compra de alimentos. De acuerdo a datos del Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (Uces) y el Instituto de Estudios Laborales y Sociales (Idelas) en Corrientes el 34 por ciento de los hogares no alcanzan a cubrir 4.400 pesos o un salario mínimo, vital y móvil. “Seguimos teniendo un aumento en la cantidad de gente que concurren a los comedores. Antes venían sólo los niños, ahora viene el grupo familiar completo. Todos los fines de semana aumenta el registro de quienes concurren por un plato de comida”, comentó a NORTE de Corrientes, María Eva Romero, una de las coordinadoras de Barrio Pie, la organización que posee 24 comedores en capital que asisten a entre 120 y 200 personas en cada uno. El año pasado, registraron un 25 por ciento más de comensales y estiman que este podría repetirse la cifra. Por otro lado, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) informó el mes pasado que 26,2 % de los niños argentinos hasta 4 años son pobres. “La primera infancia es una etapa clave, que impacta sobre el desarrollo emocional, físico e intelectual de las personas”, afirmó Fabián Repetto, director del Programa de Protección Social de Coppec, en el lanzamiento del sitio Primera Infancia En Agenda. Según los datos recabados, el 34,1% de los niños entre 6 meses y 2 años tienen anemia y el 86% de los niños de 0 a 4 años realizó un control pediátrico en los últimos seis meses. La cobertura en salud también es amplia: en 2011, 7 de cada 10 niños y adolescentes estaban cubiertos. Si bien la tasa de mortalidad infantil se redujo 58 por ciento a nivel nacional entre 1990 y 2013, un 61,8 por ciento de las defunciones se producen por causas evitables.

Miércoles, 17 de junio de 2015