LOS DETALLES EN LA NOTA
Tomar poca agua afecta la concentración y el estado de ánimo
Provoca fatiga, confusión y hasta dolor de cabeza. Consejos para mantenerse correctamente hidratado en verano.
Primeros días de enero. Los canales transmitiendo en vivo desde la playa. Fotos de afortunados pasando sus días al borde de la pileta o a la orilla del mar. Trabajar, hacer trámites, seguir la rutina diaria se vuelve entonces una tarea más pesada que el resto del año. Falta energía, cuesta concentrarse, mantener la atención y conservar el buen humor cuando hay que salir a la calle aunque la sensación térmica asuste. Pero muchas veces esa desconexión, esa molestia o cansancio puede responder a un cuadro de deshidratación. En base a investigaciones recientes, especialistas recomiendan beber al menos ocho vasos de agua por día -y más en días de altas temperaturas- para contrarrestrar el impacto negativo de la escasa ingesta de líquidos en el rendimiento cognitivo.
La sed es una señal a la que no hay que ignorar porque es uno de los primeros síntomas de deshidratación. Y no se necesita que el cuadro sea extremo para que el organismo acuse recibo de las consecuencias. “Un nivel de deshidratación de apenas el 2% de pérdida de masa corporal ya puede impactar en la capacidad cognitiva de una persona, es decir, en los procesos intelectuales que le permiten percibir, pensar y recordar”, explica la licenciada Silvia Jereb, coordinadora del Grupo de Estudio de Neurointensivismo de la Asociación Argentina de Nutricionistas (AADYND). Afortunadamente, la receta para prevenir o revertir un cuadro de deshidratación leve es sencilla, ya que no se requiere más que tomar una buena cantidad de agua.
Una investigación reciente realizada en la Universidad de Connecticut (Estados Unidos) reveló que el impacto en la capacidad cognitiva varía según el sexo. El estudio, del que participaron hombres y mujeres jóvenes, mostró que a ellas la deshidratación leve las afectaba más, ya que en un experimento controlado vieron reducida su capacidad de alerta, energía, concentración y acusaron además fatiga, confusión, dificultad para completar tareas y dolores de cabeza con mayor frecuencia. Los efectos en los varones fueron menos: reducción de la capacidad de alerta y memoria a corto plazo y aumento de la fatiga y la tensión.
En tanto, otro estudio analizó los efectos de la deshidratación leve en el estado anímico de las mujeres a lo largo del día. Las voluntarias -20 chicas de 25 años en promedio- experimentaron mayor tensión durante la mañana y somnolencia cerca del mediodía. A la tarde, fatiga y confusión y menos energía y capacidad de atención. Además, manifestaron estar más sensibles e intranquilas. Alrededor de las seis de la tarde se les permitió beber agua, lo que revirtió casi todos los efectos negativos, salvo porque no recuperaron la calma y seguían sintiéndose cansadas.
El grado de hidratación de una persona se ve particularmente amenazado en épocas de altas temperaturas -sobre todo en períodos de olas de calor- y un cuadro de deshidratación leve puede dispararse a raíz de la realización de actividades de la vida cotidiana como caminar rápido, hacer las tareas domésticas, bailar, nadar o andar en bicicleta. Por eso, los especialistas recomiendan estar atentos a la cantidad de líquido ingerida. “Es muy importante para prevenir golpes de calor , descomposturas y también para conservar las capacidades cognitivas al máximo”, sostiene Romina Sayar, vicepresidente de la AADYND.
El agua, la mejor elección
A la hora de hidratarse, los especialistas coinciden en que la bebida ideal para esta época del año es el agua, sea de canilla, mineral o mineralizada porque “refresca, no tiene calorías ni aditivos y hay que olvidarse del prejuicio equivocado de que algunas presentan niveles elevados de sodio”, argumenta Sayar quien subraya la importancia de que “esté al alcance de toda la población” (según el censo de 2010, 5,3 millones de argentinos no tienen acceso a agua potable dentro de su casa).
Sobre las bebidas, “hay que tener en cuenta que las que tienen efecto diurético (como el mate y otras infusiones) pueden generar más deshidratación”, apunta la licenciada María Inés Somoza, jefa de la División Nutrición de la Fundación Favaloro. “Tampoco se recomiendan las bebidas con sodio, como las gaseosas, ya que generan retención de líquidos; ni con mucho contenido de azúcar, como algunos jugos comerciales.” Para una hidratación normal, destaca la especialista, “lo mejor es el agua, las frutas y las verduras”. La especialista brinda además los siguientes consejos:
- Quienes hacen deportes o actividad física deben hidratarse antes, durante y después del ejercicio. En un día activo, se recomienda ingerir de 10 a 12 vasos de líquido (2,4 – 2,8 litros) a lo largo de la jornada (un poco más en días de mucho calor)
-Los chicos necesitan unos 1,8 litros de agua por día. Hay que ofrecerles bebidas que les gusten (agua, jugos naturales, leche, licuados, infusiones). También frutas y verduras. No olvidar ponerle botellitas o cantimploras en la mochila si van a la colonia o realizan otras actividades, ya que deben hidratarse bien sobre todo si juegan al aire libre, especialmente en días de mucho calor.
- Las mujeres requieren de 2 a 2,5 litros de agua por día. Las embarazadas o aquellas que estén dando de mamar deben incrementar la cantidad a no menos de tres litros diarios.
Jueves, 15 de enero de 2015
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