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¿Cómo ganarle a la piratería?
El empresario Martín Varsavsky, fundador de Jazztel y consejero delegado de Fon -la comunidad wifi global-, da un paso al frente en las tensas relaciones entre las compañías de telecomunicaciones y la industria musical, convencido de que en su sinergia está la clave del cambio de ciclo.
"El reto es ofrecer servicios mejores que la piratería, por ejemplo ahorrando tiempo y espacio, porque la piratería al final es incómoda", afirma a EFE este emprendedor, que el próximo mes de junio ofrecerá una charla en el Mercado Internacional de la Edición Musical (Midem), en Cannes (Francia). Allí hablará de la convergencia entre música y tecnología y defenderá, frente a la opinión de numerosos artistas, que las empresas prestatarias de conexiones a Internet no fomentaron la debacle de la industria discográfica como beneficiarias colaterales de los piratas culturales. "Esa opinión me parece insólita y una crítica limitada", afirma Varsavsky, que se pregunta "por qué esas voces no se quejan más contra los fabricantes de CDs, de portátiles o de tabletas", que también son, a su parecer, "cosas indispensables para la piratería". Él se muestra convencido "al cien por cien" de que en el horizonte se vislumbra una nueva etapa de colaboración en la que ambas industrias saldrán beneficiadas, por ejemplo a través de novedades como Gramofon, su último gran proyecto como máximo responsable de Fon. Se trata de "un aparatito" conectado a un equipo de audio, que da señal wifi a todas las personas que se hallen en una casa y que les permite elegir la música que suena en cada uno de los espacios de ese hogar. Se trata, subraya, de un reproductor musical en sí mismo que actualmente se nutre del catálogo musical de Spotify (por lo que hay que ser cliente "premium" del servicio) y cuya conexión funciona "mucho mejor que Bluetooth", ya que permite más de una conexión simultánea y posee un mayor radio de alcance. De esta manera defiende que se le devolverá a la música aquella "dimensión social" que tenía en los tiempos del vinilo, los CD y de las rees de amigos para escuchar música. "De ahí se pasó a un mundo en el que, con el iPod y los 'smartphones', la música viaja en los bolsillos y de ahí pasa a los cascos. Pero a mí me parece alienante usar unos cascos para escuchar música en casa", fundamenta Varsavsky, que además de sus actividades empresariales es profesor en la Universidad de Columbia y en la Universidad de Nueva York. Destaca cómo Gramofon fomenta el consumo legal de música a través de su alianza con Spotify y rechaza la polémica en torno a la, para muchos artistas, exigua retribución que obtienen de esta plataforma por la reproducción de sus canciones. "De lo que cobra Spotify, el 70% va para las discográficas, que luego le dan mucho menos a sus artistas", sostiene, antes de señalar la enorme capacidad de crecimiento que tienen aún este tipo de empresas en un planeta en el que "habrá unos 2.000 millones de personas conectadas a Internet y con capacidad de escuchar música a través de aparatos digitales".
Martes, 25 de noviembre de 2014
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