MEMORIA HISTÓRICA
El Congreso de la Nación se prepara para homenajear a Monseñor Devoto
Por iniciativa del Diputado Nacional Fernando Marcópulos, este viernes 8 de agosto se realizará un homenaje a Monseñor Alberto Devoto, recordado como el "Obispo de los pobres" en el Salón de los pasos perdidos de la Cámara de Diputados de la Nación. El evento contará con la participación de referentes sociales, políticos y culturales como Julián Domínguez, la religiosa Martha Pelloni y los músicos Julián Zini y Jorge Suligoy, entre otros.
El Diputado nacional Fernando Marcópulos, perteneciente al Partido Demócrata Cristiano de Corrientes, impulsa el homenaje que se realizará este viernes 8 de agosto en el Congreso de la Nación a Monseñor Alberto Devoto, recordado en la Diócesis de Goya, como el "Obispo de los pobres".
El acto tendrá lugar en el Salón de los Pasos Perdidos de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación,donde se realizarán una serie de actividades de conmemoración a la figura del Obispo. Del homenaje participarán diputados/as Carlos Rubín, Araceli Ferreyra y Ana María Perroni. El cierre estará a cargo del diputado Marcópulos, todos del Frente para la Victoria.
Durante la jornada se desarrollará una reseña biográfica de Alberto Devoto, a cargo de Ramón Orlando Mendoza, posteriormente se realizará un panel del que participarán la religiosa Martha Pelloni, el presbítero Víctor Arroyo, "Coca" Morello y Jorge Leiva.
El acto contará además con un homenaje musical a cargo del padre Julián Zini acompañado del músico Jorge Suligoy, queiens presentarán un testimonio titulado "Que triste y que lindo".
Posteriormente se realizará otro panel integrado por el asesor de la Secretaría de Culto de la Nación Domingo Bresci junto a los Diputados nacionales correntinos Carlos Rubín, Araceli Ferreyra y Ana Perroni, y se presentará el libro "Puebladas goyanas", del autor José Erasmo Gauto.
El cierre estará a cargo del Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y líder del Grupo San Martín Julián Domínguez, quien reflexionará junto a los presentes sobre la figura del sacerdote tercermundista. Cabe señalar que el evento fue declarado de interés por la Secretaría de Culto de la Nación.
MONSEÑOR DEVOTO, EL OBISPO DE LOS POBRES
El 28 de julio se cumplirán 30 años de la desaparición física del obispo, luego de protagonizar un trágico accidente automovilístico en la ruta entre Goya y Esquina, Corrientes, a los sesenta y seis años. Monseñor Devoto fue obispo de Goya desde el 29 de octubre de 1961, rol que articuló con su responsabilidad como vocero para la prensa de habla hispana del Concilio Vaticano II, nombrado por el Papa Juan XXIII.
El cura tercermundista alternaba su actividad entre el Concilio, con la acción social y religiosa en las zonas más postergadas del litoral argentino. En su rol de responsable político, social y religioso, fue el impulsor de la renovación litúrgica en base a la expresión cultural del nordeste, y fue uno de los más importantes representantes de la llamada Opción preferencial por los pobres.
Fue además uno de los inspiradores y líderes de los Encuentros Nacionales del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, principalmente enfocado en la creación de las Comunidades Eclesiales de Base. Creó además el Movimiento Rural de Acción Católica, promovió las Vicarías obreras y puso en marcha las Misiones Rurales.
En el ámbito político, acompañó y promovió las luchas del campesinado correntino expresado mediante el movimiento de las Ligas Agrarias, la Juventud Obrera Católica, la Pastoral Rural y otras organizaciones obreras y campesinas de base. En la institución eclesiástica, puso el énfasis en la pastoral social, promoviendo el laicado, las vocaciones regionales desde su propia cultura: a los jóvenes, a la integración de las personas con discapacidad.
Mientras sucedieron las detenciones ilegales, y las persecuciones por parte del gobierno militar, a los integrantes de los gremios, de los movimientos sociales, religiosos y de los luchadores de las clases populares de la región, Devoto se dedicó intensamente a recorrer las principales cárceles del país gestionando la libertad de estos presos políticos. ¿Por qué un homenaje a Alberto Devoto?
POR JUAN FERNANDO MARCÓPULOS
Recordar a Alberto Devoto no es recordar a un religioso. Ni un homenaje a los hombres de la iglesia católica. No es buscar la reivindicación de una organización religiosa comprometida con la fundamentación macartista de la dictadura más sangrienta y sistemática de nuestra historia.
Recordar a Alberto es recordar la gesta de un pueblo. La capacidad de organizarse y construir un movimiento de campesinos capaz de levantar banderas comunes y lograr reivindicaciones para los sectores más postergados de la economía, la cultura y la consideración de los correntinos.
Los tapes, los calchaí, los poriajhú se organizaban y levantaban la voz…
El manifiesto entregado a Lanusse es testimonio de lo que buscaban…”Los problemas que tenemos no son nuevos, los sufrieron y sufren nuestros abuelos y nuestros padres, pero no estamos dispuestos a que los sufran también nuestros hijos. Por eso estamos decididos a terminar con el analfabetismo, la desnutrición, la mortalidad infantil las enfermedades, la miseria y la injusticia”…
Reconocían la importancia de organizarse…”Si nosotros hubiéramos solamente seguido trabajando de sol a sol, sin unirnos ni organizarnos, seguramente Ud. no estaría hoy delante de los campesinos”… Pero eso no hubiese sido posible sin la educación y la preparación de un pueblo para hacerlo. Sin maestras rurales que hagan educación popular, sin herramientas que les ayuden a reconocer las situaciones de injusticia.
Todo eso sólo se logra con la lucidez de un líder popular que tenga la integridad y la firmeza interior para conducir procesos de “Promoción Humana”. Y creemos que ese hombre fue nuestro Padre Alberto. Pero liberar de las ataduras a un pueblo sometido por las oligarquías terratenientes no es fácil. A Ponce de León y a Angeleli los mataron de la misma forma… quienes saben del tema reconocen que “un mismo especialista” se ocupó de ambos.
A Devoto intentaron matarlo de otra forma. Mellando su credibilidad. Primero lo obligaron a dejar su rancho a la orilla del rio, acosándolo con operativos de difamación. Cuentan sus vecinos que una noche, una mujer acudió desesperada a altas horas de la noche y golpeando la puerta de su rancho le pedía ayuda a los gritos. A pesar de su gran sensibilidad, esa noche no abrió la puerta. Al otro día sus vecinos le contaron que la mujer tenía aspecto de prostituta y que habían militares y fotógrafos detrás de ella. No pudiendo mellar su moral, lo acusaron de “Obispo Rojo”, pero las viejitas piadosas que a las seis de la mañana limpiaban los floreros de la Catedral sorprendieron a la esposa del Mayor del ejército, con algunos soldados y “amigas de la alta sociedad” pegando afiches del Cristo Guerrillero en las columnas del templo.
Sin embargo hasta hoy se lo acusa de apoyar la lucha armada, por lo que se vuelve fundamental el testimonio de algunos jóvenes de esa época.
El hoy Padre Barboza nos dice: "En el año 1967 o 1968, funda el Movimiento Rural Cristiano, un grupo de maestros y maestras, entre ellos Antonio López y Norma Morello que luego sufrió mucho por su testimonio pastoral, quienes llevaron adelante un intento de educar y formar al campesino, de manera que la Iglesia aporte al surgimiento de la conciencia de los derechos humanos en el área rural y ese fue el Movimiento Rural Cristiano, que en el año 1971 y 1972 se consolida como estructura sindical que defendía los derechos de los campesinos tabacaleros y de los agricultores rurales en general y que se conoció como las Ligas Agrarias.
Monseñor Devoto acompaña a los campesinos, los arenga en los encuentros y los insta a no dejar de luchar por sus derechos, siempre en el marco del estado de derecho y de la paz. Nunca Monseñor Devoto estimulo la acción violenta de nadie ni hacia nadie, esto quiero dejar muy en claro. Tal es así que una vez le dije que yo quería luchar por la liberación del pueblo y me dijo que predicar el Evangelio era luchar por la liberación del pueblo".
Se sigue intentando quitar merito pastoral a su acción asociándola a fundamentos marxistas. Por lo que el testimonio de Victor Hugo Arroyo sacerdote de la diócesis nos aclara:
"En cambio Puebla, si bien es un documento que respeta todo lo de Medellín, ya es más eclesiástico y más complejo. La opción por los pobres se reafirma, la catequesis tiene que ser cristológica y antropocéntrica. Devoto fue un gran divulgador de Puebla. A esa altura ya Devoto está subido al caballo de la renovación de la iglesia plenamente. Con su experiencia del Concilio, con Medellín y la pobreza de su Diócesis, ahora sí podemos entender a Devoto y sus otros compromisos que va asumiendo, como las Ligas Agrarias, un movimiento digno de tenerse en cuenta en la historia no sólo de la Diócesis sino en la Provincia, la lucha del campesinado correntino.
Devoto fue un entusiasta defensor, un apoyo y un mentor permanente de las Ligas Agrarias… Hubo encuentros con la participación de 5 o 6 mil campesinos y él estuvo en todos los encuentros masivos que tuvieron las Ligas, tanto en el lanzamiento público en Santa Lucía, siendo Julio Romero el gobernador, como cuando vino el presidente de facto, Lanusse… No olvidemos que Medellín le da el fundamento cristiano a esas opciones que él luego va a asumir".
Por eso es necesario recordar a Alberto. Porque solo recordando las cosas de las que fuimos capaces y los motivos que nos movilizaron ayer, podremos reconstruir la redes de solidaridad de nuestro pueblo. Porque si no aclaramos cual era el proyecto de Alberto y de su pueblo, nos seguirán ganando la sicología del miedo y el no te metas que sembraron los dictadores.
Porque un pueblo altamente religioso no puede caer en manos de pastores conformistas y alienados que se esconden detrás de sus “uniformes” y de una espiritualidad animista, mágica, que nada tiene que ver con el verdadero cristianismo, el de aquel carpintero que no solo denunció, no solo expulsó a los mercaderes del templo, no solo dejó en evidencia el aparato de manipulación y dominación que significaban las estructuras religiosas de su pueblo, sino que sobre todo propuso un modelo de vida.
Lo crucificaron por proponer un modelo de vida que nosotros vimos caminar por nuestras calles encarnado en Alberto Pascual Devoto, el Obispo de los pobres.
Ese modelo de vida, Julián Zini lo explica magistralmente en dos estrofas…
Qué triste debe ser llegar a viejo Con el alma y las manos sin gastar… Qué triste soledad de cualquier modo La que nace de la desigualdad… Que lindo que es tender siempre la mano Saber que es posible la amistad… Qué lindo es procurar para mi hermano Lo mismo que procuro yo alcanzar…
Juan Fernando Marcópulos
Miércoles, 6 de agosto de 2014
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