AVERIGUALO TODO EN ESTAS PREGUNTAS

¿Estoy convencido de que quiero casarme?

Muchos matrimonios se celebran por convención, por una secuencia lógica, por una pasión ciega o por que llega un hijo inesperado. Sin embargo el matrimonio, si bien ya no es para toda la vida en muchos de los casos, sí es un paso suficientemente importante como para pensarlo bien. Casarse con otra persona supone convivir en todos los aspectos de la vida, compartir, dejar de ser uno solo para tener que contar con el otro en casa aspecto de la rutina, los sueños, los planes y los deseos. ¿Es eso realmente lo que quieres? ¿Estás dispuesto a incluir en tu vida a otra persona, aceptarla por entero y entregarte al 100%? Que no estés listo, convencido o seguro no está mal. De hecho es normal tener dudas, reconsiderarlo e, incluso, detenerse a tiempo antes de dar un paso hacia un punto del que no estás seguro.

No te dejes influenciar por los demás, ni siquiera por tu pareja. Piénsalo solo, considera todos los ángulos y facetas de convivir con esa otra persona y sólo si estás seguro, sigue adelante

¿Quién es mi pareja?

No hace falta ser iguales, eso sería muy aburrido, pero sí tener ciertas semejanzas y compatibilidades. O, en su defecto, ser lo suficientemente amplio como para aceptar las diferencias y convertirlas en un elemento enriquecedor. Hoy en día se celebran matrimonios interculturales, interraciales, con grandes diferencias de edad, interreligiosos. Pero esto no es para todo el mundo. Hazte las siguientes preguntas pensando en diez años más antes de avanzar.

1) ¿La religión es muy importante para mí? ¿He considerado que mi pareja tiene profundas creencias que no son las mías ni las de mi familia original y eso va a formar parte de mi vida y la de mis hipotéticos hijos?

2) ¿La diferencia de edad va a ser un problema en algún momento del futuro?

3) ¿Las diferencias culturales con mi pareja llegarán a ser un problema?

¿Quiero hijos con esta persona?

Con respecto a los hijos hay puntos muy importantes a tener en cuenta. Puede que no sea algo que siquiera has contemplado en este momento. Los hijos pueden ser una realidad concreta al momento del casarse o una vaga ilusión en un futuro no definido. Bien, pues te tengo noticias, los hijos son determinantes en la vida de una pareja. Tenerlos o no tenerlos es una decisión fundamental antes de comenzar un proyecto en común. Un desencuentro en este punto suele ser fatal a largo plazo. Incluso si ninguno de los dos se lo plantea en este momento es aconsejable considerar juntos lo siguiente:

1. ¿Queremos tener hijos en algún momento?

2. ¿Qué pasa si uno de los dos no puede tener hijos de forma natural?

3. ¿Cuánto tiempo deseo esperar antes de tener hijos? ¿Quiero una familia numerosa?

4. ¿Qué tipo de educación quiero darle a mis hijos?


¿Qué pasa con los bienes?


Tema difícil donde los haya. ANTES de contraer matrimonio tienes que hablar muy claramente con tu pareja acerca de economía. Suena crudo y complicado pero es realista. Tienen que estar de acuerdo en cómo se manejarán los gastos familiares, cómo se dispondrá de los fondos en común y qué aportará cada uno. Cuentas claras desde el principio para que luego no haya reproches o malos entendidos.




Lunes, 14 de julio de 2014