¿SEGUIRA?
Alejandro Sabella, el gran responsable de devolver el 'sentido de pertenencia'
Más allá de la dolorosa derrota en la final ante Alemania, Sabella escribió una gloriosa página dentro de la historia del fútbol argentino. Luego del 'papelón' de la Copa América en casa, agarró el timón de una Selección a la deriva y la llevó a lo más alto del Mundo. Tacticista y perfeccionista al extremo, dejó de lado el egocentrismo y se mostró siempre abierto a los cambios. De hecho, los hizo. Técnico de enorme jerarquía, también fue el responsable de armar un verdadero grupo.
Sin dudas, Alejandro Sabella está en la historia grande del fútbol argentino. Es cierto que duele, y mucho, la derrota ante Alemania (se mereció ganar), pero más cierto es que Argentina nuevamente llegó a una final de un Mundial (pasaron 24 años). Y en esto, mucho tiene que ver el excelente trabajo de su entrenador.
Luego de la enorme desazón que se vivió en la Copa América hecha en casa, la AFA decidió cesantear a Sergio Batista, el entrenador de ese equipo. Y en su lugar, nombró a Sabella, quien llegaba con los pergaminos de ser campeón local y de la Libertadores con Estudiantes.
Elogiado por muchos y respetado por todos, su debut fue bien lejos de Argentina, en la India, hasta donde tuvo que ir para derrotar a Venezuela en un amistoso. Ese 1-0 conseguido como consecuencia del gol de Nicolás Otamendi, quedará marcado como el comienzo del entrenador más exitoso en la Selección de los últimos años.
El comienzo 'oficial' también fue con triunfo. 4-1 a Chile, en el Monumental, partido que se jugó el 7 de octubre de 2011. Ese fue el primer 'escalón' de las Eliminatorias Sudamericanas, las mismas que dominó con tranquilidad y que lo tuvo como el mejor equipo. La despedida de esta competición que aseguró el boleto en el Mundial de Brasil fue con derrota, 3-2 ante Uruguay.
Sin embargo, en el medio hubo muchas más alegrías que tristezas. Se pasaron sofocones. ¡Y grandes! Se perdió por primera vez en la historia ante Venezuela. Y un mes después de esto, aún en 2011, se jugó el peor partido en la Era de "Pachorra". De local, sólo se pudo empatar con... ¡Bolivia! Ése, sin dudas, fue su momento más complejo en la Selección.
Pero esto sólo duró un par de días; más precisamente cuatro. ¿Qué pasó el 15 de noviembre de 2011? Según lo que marcan los propios protagonistas, "apareció el equipo, se armó el grupo y se comenzó el camino de la identidad". Fue en Barranquilla. Ante Colombia, que aún no era dirigida por Pekerman. Tras un primer tiempo para el olvido (derrota parcial por 1-0), en el complemento los jugadores sacaron todo su poderío, mostraron rebeldía y una actitud tremenda. Así, fue triunfo por 2-1.
¡Reconstrucción!
En el medio de las Eliminatorias, y mientras se brillaba ante Chile (en Santiago) y frente a Uruguay (en Mendoza), también se lograron épicas victorias ante otras potencias mundiales. Las víctimas fueron ambas a 'domicilio': Alemania (3-1) e Italia (2-1). Sin embargo, lo más importante se consiguió el 9 de junio de 2012, ante Brasil y en Nueva Jersey. Más allá que fue un amistoso, se consiguió un agónico 4-3, con un triplete de Messi, el último, el que generó el triunfo, sobre la hora.
Con la certeza de que se había logrado encontrar el equipo, también lo más importante llegó desde afuera. Sabella encontró el grupo. Un grupo unido, homogéneo, sin fisuras. Y fue el entrenador que más y mejor provecho le sacó a Messi. Con él como DT, Messi fue Messi. Es decir, el '10' pudo jugar tan cómodo y feliz como lo hacía en Barcelona. Y así fue la figura que toda la Argentina esperaba.
El mejor jugador del Mundo fue, junto a Romero y Mascherano, el jugador que más partidos disputó con Sabella (32). Y en estos cotejos, convirtió 24 goles, siendo el máximo anotador del ciclo.
Entre todo este excelente manejo grupal, Sabella siempre tuvo que lidiar con la 'sombra' de Carlos Tevez. Sin embargo, salió airoso. Y siempre, fiel a su costumbre, mostró respeto y tranquilidad a la hora de referirse al ex jugador de Boca. Supo que, más allá de las enormes condiciones del "Apache", su figura iba a alterar la convivencia del grupo. Y actuó en consecuencia. Sin dudas, uno de los aciertos.
A la hora de armar la lista, sorprendió. Convocó a Demichelis y Pérez, dos jugadores que habían sido citados en pocas oportunidades. Sin embargo, primó el buen presente de ambos en Europa y los llevó al Mundial. Y, con ellos, se sumó un 'poroto' enorme: el defensor, que comenzó como suplente, fue fundamental para darle seguridad a una defensa que con Fernández tambaleaba; mientras que el mediocampista rindió muy bien cuando le tocó reemplazar a Di María.
Pero estos nombres no fueron sus únicos aciertos. Le dio todo su apoyo a Romero, más allá que no había tenido continuidad en el Mónaco; y el ex Racing fue una de las figuras. Se la jugó por Rojo, quien era uno de los más cuestionados; y el lateral izquierdo jugó un muy buen Mundial. Lo llevó a Biglia; y el jugador de la Lazio, que comenzó como suplente y terminó robándole el lugar a Gago, tuvo un extraordinario rendimiento.
¿Y desde lo táctico? No tuvo problemas en cambiar los esquemas. Fue muy criticado por comenzar jugando con el 5-3-2. Pero en ese mismo partido, ante Bosnia, tuvo la 'grandeza' que no tienen la mayoría de los entrenadores: reconoció su error y supo cambiar a tiempo. Luego, pasó por el 4-3-3 (con los tan mentados 'Cuatro Fantásticos') y terminó con un 4-4-2.
En el camino al Mundial, Sabella armó un grupo. Un gran grupo. Y éste, le respondió en el Mundial. Justamente donde debía hacerlo. Igualmente, sobre la marcha, el equipo fue mutando en sí mismo. Siempre para mejor. Acorde a la jerarquía de sus integrantes.
Sin embargo, en todo esto sí tuvo mucho que ver un tal... ¡Sabella! Una gran persona. Un enorme entrenador.
¿Seguirá o éste habrá sido su último partido como entrenador? Sólo él lo sabe.
Lunes, 14 de julio de 2014
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