MEDIO ORIENTE
Palestinos acuerdan reconciliarse, tras siete años de división
Las principales agrupaciones palestinas, Al Fatah y Hamas, firmaron un pacto para reunificar Cisjordania y la Franja de Gaza, a lo que Israel reaccionó acusando al gobierno palestino de romper el actual diálogo de paz, cuyo plazo vence la próxima semana.
En medio de un estancamiento de las negociaciones de paz con Israel, el presidente palestino y líder de Al Fatah, Mahmud Abbas, reactivó los contactos con Hamas en busca de un acuerdo para reconciliar a las dos fuerzas, que se enfrentaron militarmente en 2007, tras un breve gobierno de unidad naciona
Desde el cisma, Al Fatah dirige el gobierno en Cisjordania en coordinación con las fuerzas de ocupación israelíes, mientras que Hamas controla la Franja de Gaza, un pequeño territorio bloqueado por aire, tierra y mar por Israel.
"La reconciliación nacional, que pone fin a la división y tapa la brecha existente, se había convertido en una cuestión de responsabilidad nacional", dijo el primer ministro de la Franja de Gaza y líder de Hamas, Ismael Haniyeh, en conferencia de prensa en Gaza junto a un representante de Al Fatah, Azzam al Ahmad.
Según el acuerdo, las dos fuerzas palestinas deben formar un gobierno de unidad nacional, presuntamente bajo liderazgo de Al Fatah, en un plazo de cinco semanas. Una vez creado, éste tiene seis meses para convocar y realizar elecciones generales en Cisjordania y la Franja de Gaza.
"La reconciliación nacional, que pone fin a la división y tapa la brecha existente, se había convertido en una cuestión de responsabilidad nacional" Ismael Haniyeh, líder de Hamas Hamas es considerado por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) como una organización "terrorista" por los numerosos atentados que el grupo islamista cometió en el pasado en su lucha contra la ocupación israelí de los territorios palestinos.
La carta fundacional de Hamas llama a la destrucción de Israel, pero en 2008 Haniyeh aseguró que su gobierno estaría dispuesto a aceptar un Estado palestino según las fronteras de 1967.
Aunque no lo dijo explícitamente, ese Estado palestino coexistiría con el Estado de Israel que ya existía en 1967, antes de la anexión de Jerusalén este y la ocupación militar de Cisjordania y la Franja de Gaza.
La reacción de Israel al acuerdo de hoy fue inmediata.
Primero la oficina del primer ministro, Benjamin Netanyhu, informó que cancelaba una reunión que según dijo estaba programada para esta tarde para intentar acordar una extensión del diálogo de paz, cuyo plazo original vence el próximo martes.
Y luego, en otro comunicado, Netanyahu dejó entrever que las negociaciones podrían romperse.
"Dije esta mañana que Abu Mazen debía elegir entre la paz con Israel o el acuerdo con Hamas, una organización terrorista asesina que exhorta a la destrucción de Israel", sentenció el premier, citado por la agencia de noticias EFE, utilizando el nombre de guerra de Abbas.
"Mientras aún había contactos para prolongar las negociaciones de paz (con Israel), Abu Mazen eligió a Hamas en lugar de la paz. Quien elige a Hamas no quiere la paz", agregó.
Igual de lapidaria fue el ala más dura de su gobierno.
Para el ministro de Economía, Naftali Benett, la reconciliación de las dos fuerzas políticas palestinas creará "un gobierno unido del terror", según publicaron medios locales.
"Hamas seguirá asesinando judíos y Abu Mazen seguirá pidiendo su liberación", denunció el también presidente del partido Hogar Judío, una fuerza que representa a gran parte de los más de medio millón de colonos que viven en asentamientos ilegales en Cisjordania y Jerusalén este.
En un comunicado, el presidente Abbas rechazó las acusaciones israelíes y aseguró que "no hay contradicción alguna entre la reconciliación (con Hamas) y la negociación" con Israel.
"Estamos comprometidos con alcanzar una paz justa basada en la solución de los dos Estados", agregó, en alusión a las fronteras que existían antes de la Guerra de los Seis Días en 1967.
Más tarde, en un comunicado, su jefe negociador, Saeb Erekat, acusó al gobierno israelí de utilizar la reconciliación con Hamas como excusa para torpedear el diálogo de paz.
"Netanyahu y su gobierno estaban usando la división palestina como una excusa para no hacer la paz. Ahora quieren utilizar la reconciliación palestina como una excusa con el mismo objetivo. Esto es complemetamente absurdo. La única conclusión lógica es que el gobierno de Netanyahu no quiere la paz", acusó el funcionario.
Mientras los gobiernos de Egipto, Jordania y Qatar celebraron la reconcialición de Al Fatah y Hamas, las razones palestinas no convencieron a Estados Unidos, mediador de las negociaciones y aliado incondicional de Israel, quien se declaró "preocupado" y "decepcionado".
"Esto podría complicar seriamente nuestros esfuerzos y los esfuerzos entre las partes para extender las negociaciones", explicó la vocera del Departamento de Estado, Jen Psaki.
Ayer, Abbas había adelantado que para extender las negociaciones con Israel más allá del próximo martes, Netanyahu debe responder al pedido palestino de volver a las fronteras de 1967 en tres meses y paralizar todas las construcciones en las colonias judías en territorios palestinos.
Además, pidió, que se cumpla con la liberación de la última tanda de 30 presos palestinos, que Tel Aviv canceló a finales de marzo pasado, llevando al diálogo de paz al borde del colapso.
Jueves, 24 de abril de 2014
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