En una carta, el Papa dio su impresión sobre los ataques de vecinos a presuntos delincuentes registrados en los últimos días en la Ciudad y el interior del país. "Lo peor que nos puede pasar es olvidarnos", subrayó.

"Me dolió la escena. Fuenteovejuna, me dije. Sentía las patadas en el alma", escribió el Papa haciendo alusión al texto que seis siglos atrás escribía Félix Lope de Vega, “Fuenteovejuna”, en el que se desata una rebelión social en el pueblo de los personajes.

El escrito fue enviado a los hermanos Rodolfo y Carlos Luna, dos humanistas que viven en Suecia pero que están muy al tanto de lo que ocurre en Argentina, y a los que el Papa les habló refiriéndose al linchamiento de David Moreira, el joven de 18 años que falleció tras haber sido atacado por 50 vecinos en Rosario.

En este sentido, la hoy máxima autoridad de la iglesia católica, decía en la misiva "No era un marciano, era un muchacho de nuestro pueblo", en tanto que reflexionaba sobre lo que le había producido la noticia "Me acordé de Jesús; ¿qué diría si estuviera de árbitro allí?: el que esté sin pecado que de la primera patada", parafraseando la escena bíblica de María Magdalena que dice"quien esté libre de pecado, que arroje la primera piedra".

"Me dolía todo, me dolía el cuerpo del pibe, me dolía el corazón de los que pateaban" expresó el Papa, en relación a lo ocurrido con Moreira y agregaba "Pensé que a ese chico lo hicimos nosotros, creció entre nosotros, se educó entre nosotros. ¿Qué cosa falló?". Y finalizó "lo peor que nos puede pasar es olvidarnos de la escena. Y que el Señor nos dé la gracia de poder llorar ..., llorar por el muchacho delincuente, llorar también por nosotros ".

Además en su última aparición pública en la tradicional audiencia de los miércoles, expresó que "ser sabio", no consiste en regañar a los hijos con dureza, sino explicándoles "dulcemente y con paciencia que algo no está bien".

Miércoles, 9 de abril de 2014