RÉPLICAS EN CHILE
Hay un temblor cada seis minutos en el norte de Chile pero los habitantes intentan retomar sus actividades
Un temblor cada seis minutos, la mayoría de ellos imperceptibles, sufren los habitantes del norte de Chile tras el fuerte sismo del martes pasado por la noche que llegó a los 8.2 grados en la escala de Ritcher, aunque los habitantes intentaban volver a la normalidad con el restablecimiento paulatino de la electricidad y el agua potable.
Son 6 las víctimas por el terremoto en Chile
El gobierno chileno levantó el alerta de tsunami para el norte del pais después de las dos fuertes réplicas del terremoto de anoche de una magnitud de 7.4 y 7.6 en la escala de Richter.
Esto, junto con el restablecimiento paulatino de los servicios básicos, hizo que muchos chilenos intentarán retomar hoy sus actividades habituales, pese a que desde el martes el Centro Sismológico de la Universidad de Chile indicó que ocurrieron 265 temblores en la zona, de los cuales sólo 29 fueron perceptibles.
En la región de Arica y Parinacota se ha repuesto el 70 % del servicio eléctrico y el 90 % del agua potable, mientras en Tarapacá la reposición del servicio eléctrico alcanza al 72 % de los habitantes y la del agua potable al 67 %, según consignó la agencia EFE.
Bachelet, que visitó la localidad de Camarones, anunció que unirá las tareas de reconstrucción a un plan de desarrollo regional previsto en su programa En el municipio de Alto Hospicio, cercano a Iquique y uno de los más afectados por el sismo con unas 2.500 viviendas destruidas, algunas pequeñas localidades del interior continuaban sin electricidad mientras el agua potable era distribuida en camiones aljibe.
En la región de Antofagasta, la tercera afectada por el terremoto, los servicios básicos estaban totalmente normalizados, según un informe entregado por la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi).
Por su parte, La Fiscalía chilena ordenó a la policía detener a los comerciantes que subieron excesivamente los precios de los productos básicos en el norte del país al especular con la necesidad de la gente que se volcó a acumular provisiones.
"(La especulación) nos parece intolerable", dijo el fiscal regional de Tarapacá, Manuel Guerra, quien agregó que la ley permite incluso confiscar los bienes que sean comerciados con sobreprecios, como el pan que es vendido a seis dólares el kilo.
La Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI) envió a las regiones más afectadas 50 toneladas de cajas de alimentos básicos, agua envasada, frazadas, pañales de bebé, útiles de aseo y colchones, entre otros elementos de ayuda.
Los chilenos volvieron a entrar en alarma anoche a las 23.43 cuando se originó una fuerte réplica de 7.6 grados en la escala de Ritcher, que llevó al gobierno a volver a instalar el alerta por tsunami y una evacuación masiva en las regiones de Arica, Parinacota y Tarapacá.
La Fiscalía chilena ordenó a la policía detener a los comerciantes que subieron excesivamente los precios de los productos básicos en el norte del país Esta segunda evacuación afectó a 270.000 personas, una cantidad sensiblemente menor que la primera, en la que salieron la calle 972.000 personas, cuando el alarma de tsunami se extendió a toda la costa chilena tras el terremoto de 8,2 grados.
Entre los evacuados esta vez estuvo la presidenta Michelle Bachelet, que pernoctaba en un hotel de Arica situado a sólo 40 metros de la playa.
La alarma fue levantada dos horas después, aunque mucha gente prefirió no volver a sus hogares y pasó la noche en áreas de seguridad.
Bachelet, que visitó hoy la localidad de Camarones, anunció que unirá las tareas de reconstrucción a un plan de desarrollo regional previsto en su programa.
"Cuando uno enfrenta un desastre hay varias etapas, la primera es la emergencia, la protección de vidas y esa es la etapa en la que todavía estamos", explicó la mandataria a través de una red regional de radios.
"Si bien es cierto que nadie quisiera que haya más réplicas, no podemos asegurar que no haya réplicas fuertes, con consecuencias", dijo Bachelet, e insistió en la necesidad de atender primero la situación contingente para después emprender las tareas de reconstrucción.
Precisó que en la primera etapa "se debe asegurar la provisión de los servicios básicos, y que los afectados tengan abrigo y comida" y subrayó que las decisiones "se tomarán en las mismas zonas afectadas".
Viernes, 4 de abril de 2014
|