PAPA FRANCISCO
"El Papa me abrazó y fue como estar en el paraíso", afirmó Vinicio Riva
Vinicio Riva es un italiano de 53 años de edad, cuyos tumores, presentes en todo su cuerpo, recibieron un cariñoso abrazo y besos de parte del Papa el pasado 8 de noviembre, durante el recorrido que el Santo Padre hace por la Plaza de San Pedro cada miércoles.Todo el cuerpo de Vinicio ha sido devastado por la enfermedad de la neurofibromatosis, que padece de nacimiento y que no es contagiosa. A principios de este mes, su foto dio la vuelta al mundo, cuando fue abrazado emotivamente por Francisco.
El hombre, con discapacidad grave, que es rechazado por la calle y ha provocado el horror incluso en sus médicos, describió por primera vez el encuentro, diciendo que ser acariciado por el Papa fue como "estar en el paraíso". En una entrevista exclusiva a la revista italiana “Panorama”, Vinicio comentó que se quedó sin palabras cuando el Papa no dudó en tocarlo.
Riva expresó: "Sus manos son tan suaves. Y su sonrisa es tan clara y abierta. Pero lo que más me sorprendió es que no ha estado pensando acerca de abrazarme o no. No soy contagioso, pero él no lo sabía. Igual lo hizo: él me acarició por toda la cara, y mientras lo hacía yo sentía sólo amor".
Recordó la reunión de hace dos semanas: "En primer lugar me besó la mano mientras con la otra mano, le acarició la cabeza y heridas. Luego me atrajo hacia él en un fuerte abrazo y besó mi cara". Mi cabeza estaba contra su pecho sus brazos estaban envueltos alrededor de mí. Duró poco más de un minuto, pero a mí me pareció una eternidad".
Riva estuvo acompañado por su tía, Caterina y su hermana más joven Morena, quien también sufre de una forma menor de la enfermedad. El encuentro con Francisco marcó un nuevo comienzo para él. "Más tarde me dirigí a mi tía y le dije: "Aquí dejo mi dolor".
Vinicio Riva necesitó atención médica desde los dos años para su enfermedad y ha tenido que pasar por numerosas operaciones en su corazón, la garganta y los ojos. Pero fueron los tumores, que aparecieron por primera vez a los 15 años, lo que modificó su apariencia.
La vida de Vinicio no ha sido fácil. Vive en Isola Vicentina, en un pequeño departamento. Sus amigos y vecinos saben de su mamá, que murió por un tumor y que vivió con el síndrome que después habría transmitido a sus hijos. Todos saben que su papá nunca tuvo tiempo para estos dos niños. Todos saben de las operaciones a las que ha sido sometido Vinicio, desde que tenía dos años.
Su existencia ha transucrrido entre un trabajo en la escuela Bresson, donde recoje cartones y pone un poco de orden, de sus breves paseos por el pueblo con su bici eléctrica y los compromisos con los cuidados amorosos de su tía Caterina, que lo lava, le pone cremas y lo ayuda con los asuntos cotidianos. En Isola, Vinicio es aceptado por casi todo el mundo. Tiene su grupo de amigos con los que va a comer una pizza o a ver partidos de fútbol.
Martes, 19 de noviembre de 2013
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