El empate 2-2 entre el "Tomba" y el "Xeneize" contó con un cierre lamentable en el Malvinas Argentinas de Mendoza. Con las pulsaciones a mil, después de un arbitraje pésimo de Pedro Argañaraz, los jugadores de ambos planteles brindaron una imagen lamentable: corridas, empujones, insultos y piñas al aire.
Godoy Cruz y Boca fueron los protagonistas de un vibrante partido por la duodécima jornada del Torneo Inicial de Primera División, debido a que las emociones se sucedieron hasta los últimos segundos. Ganaba la visita por un gol de Emmanuel Gigliotti, aunque los anfitriones lo remontaron por los tantos de José Luis Fernández y Mauro Óbolo. Pero si bien parecía que los mendocinos se quedarían con la victoria, Claudio Pérez "canjeó" por gol la pena máxima y decretó el resultado definitivo.
Pedro Argañaraz, autoridad del encuentro, tuvo un pésimo rendimiento a lo largo de los 90 minutos, incidiendo directamente en las acciones (se "comió" dos penales clarísimos) y demostrando que "le quedó grande" el cotejo. De todas maneras, nada justifica la penosa reacción de los futbolistas de ambos equipos cuando se terminó el tiempo de jugar: corridas, empujones, insultos y piñas al aire.
¿Cuál fue el desencadenante de la pelea entre los dos "bandos"? Pablo Ledesma y Jorge Curbelo se cruzaron por un duro choque cerca del área, pero lo cierto es que la actitud de los jugadores fueron poco profesionales y dieron riendas sueltas a un papelón difícil de explicar. Sin ir más lejos, las discusiones se extendieron hasta la zona de vestuarios, provocando la reacción hasta de los simpatizantes en las tribunas.
En una época donde la violencia es el denominador común en el fútbol argentino, donde se prohíbe el ingreso de las parcialidades visitante y se destinan enormes cifras de dinero a operativos policiales, esta vez los planteles se encargaron de escribir un nuevo capítulo lamentable en Cuyo ¿Habrá informados por la gresca? Sólo el juez lo sabe...