ROBERTO MAIDANA SE UNIO UNA CONGREGACION ALTERNATIVA
Sacerdote expulsado celebró misa y cuestionó su sanción y ley de celibato
Al margen de los designios de la Santa Sede, el religioso se unió a una vieja orden vinculada a clérigos católicos expulsados. Habló de “los disfraces” de la curia y de una “nueva inquisición”. Frente a fieles y su hija dijo que “lo importante es el mensaje de Dios”.
En los límites del barrio Galván y de la zona conocida como Caridi, una humilde casa de familia ofició de altar, allí Roberto Maidana, ex párroco de San Ramón Nonato, y recientemente separado de su estado clerical por el Vaticano, celebró una misa. Con la sotana puesta, el otrora clérigo de la Iglesia Católica Apostólica Romana, confesaba a una creyente al momento de recibir al El Litoral. Sobre un sillón de mimbre una nena de dos años sonreía a los participantes de la ceremonia donde se rezaba la imagen de Sagrado Corazón de Jesús. Era su hija, quien había sido reconocida en el Registro Civil por el propio Maidana, quien consideró que era su compromiso como hombre de fe. Sencillo y calmo, el ordenado, más conocido como Padre Roberto por los feligreses que lo acompañaban, contó a este diario que ya no responde al Papa, ni a las autoridades eclesiásticas locales. El 21 de septiembre pasado se unió a una orden llamada Vieja Iglesia Católica conformada por obispos y sacerdotes que fueron separados por la Santa Sede. El religioso contó que “esta orden nació en Brasil en los tiempos en que Benedicto XVI, cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (tribunal que avaló la dimisión de Maidana), persiguió a los sacerdotes tercermundistas” por considerar que se vinculaban al marxismo. “Nunca estuve frente a un Tribunal Eclesiástico. No me dieron mi derecho a defensa”, expresó el ordenado sobre la información vertida desde el Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Corrientes. Este apuntó contra el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik. Dijo que el prelado intentaba obligarlo “a una renuncia voluntaria” antes de ir a juicio eclesiástico. Maidana, además, consideró “una difamación” las acusaciones de violación del secreto de confesión y de abusos durante las liturgias. “Se me acusó de pedir plata a los fieles y eso no es así”, expresó. “El Tribunal Eclesiástico es la Nueva Inquisición”, aseveró. “Para la Iglesia es más grave que yo reconozca a mi hija y no la pedofilia”, dijo y sostuvo que la institución requiere de “una reforma inmediata”, incluido la derogación del celibato.
El cura que trabaja de delivery por su hija “Nunca saqué un peso de la Iglesia para sostener a mi familia”, aseveró Roberto Maidana. Este trabaja en una casa de venta de comida como delivery junto a su mamá. Aseguró que no convivirá con la madre de su hija hasta tanto no contraiga matrimonio.
Lunes, 14 de octubre de 2013
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