HABLÓ COMO NUNCA
Celeste Cid: "Muchos me tildaron de loquita, pero no, ¡estaba enferma!"
La actriz habló con ¡Hola! de su conflictivo pasado,sus ganas de casarse con Chano Carpentier y de tener otro hijo.
Con sus 29 años, Celeste Cid ha atravesado una vida intensa: el éxito, la maternidad, amores famosos, adicciones y un regreso triunfal forman parte de su historia.
El presente la encuentra plena, con el amor de Chano Charpentier (32), líder de Tan Biónica, y de su hijo André (9). Así lo dejó en claro durante una charla íntima que mantuvo con la revista ¡Hola! Argentina.
"Me gustaría mucho tener otro hijo. Cuando tenga que venir… Ya lo buscaremos".
El amor con Chano
- “Chano es libriano, está regido por Venus, y es puro romanticismo. Cuando yo era más chica me daba cosa expresar el amor o hacerle sentir al otro lo importante que era para mí. Es muy cariñoso y cero pudoroso en decirme cosas lindas todo el tiempo”.
- “La convivencia es siempre una cita obligada con el otro, pero ahora quiero eso para mí. ¡Elijo esta convivencia!”.
Su novio y su hijo
- “Se aman profundamente. La verdad es que no conviví con otro hombre excepto con Emmanuel, el papá de mi hijo. Tuve otras parejas, pero para mi hijo no eran parejas y quizás para mí tampoco. Hoy tengo un gran deseo de construir y Chano es muy compañero. A la mañana vamos al colegio los tres juntos, almorzamos juntos, hacemos planes en familia.”
- “Me gustaría mucho tener otro hijo. Todavía no porque ahora empiezo una película, después tengo otra y otra más para el año que viene. Cuando tenga que venir… Ya lo buscaremos”.
- “Los dos somos celosos, pero lo trabajamos. Cuando nos vimos por primera vez, yo no lo conocía: de hecho, estaba en una fobia musical porque había tenido muchos músicos en mi haber. Pero con Chano no lo pude evitar, ¡me enamoré!”
"Lo que nunca entendí es que me siguieran para saber dónde estaba internada y sacarme fotos. Fue un momento espantoso".
- “Sí, me gustaría casarme, porque estoy muy enamorada, aunque no creo que por Iglesia…No sueño con una gran fiesta: una comidita, un poco de baile y ya.”
- “Sí, tenemos ganas, está buenísimo, pero no queremos acelerarnos. En estos meses que estamos juntos hicimos cuatro viajes, convivimos dos meses en verano y vivimos un montón de cosas. Todos pequeños anclajes que están buenísimos”.
El cuidado de su figura
- “Siempre fui cuidadosa, pero hubo momentos en los que me relajaba más y tenía tres cuerpos en uno. Me levantaba y tenía otro cuerpo. “¿Qué pasó?”, me preguntaba. La respuesta era clara: me levantaba a la noche y arrasaba con la heladera. Ahora tiene que ver con algo más integral: cuido mi cabeza, cuido mi salud, cuido mi alimentación, dejé de comer carne hace unos meses, tomo jugo de fruta y de verduras todas las mañanas… Mis emociones también son más claras”.
¿Se arrepiente de haber confesado sus adicciones?
- “Mirá, nunca lo hice calculando, ni especulando con nada. Lo que nunca entendí es que me siguieran para saber dónde estaba internada y sacarme fotos. Fue un momento espantoso. Sé que muchos me tildaron de “loquita, de quemada”, pero no, ¡estaba enferma! Necesitaba tranquilidad para sanarme y estuve internada un par de meses”.
- “Hay que entender que no es una enfermedad voluntaria. Es algo que te sucede y que hay que sanar, hay que hablarlo. Cuando tenés problemas profundos o dolores del alma que no podés alivianar, consumís. Hay gente que come, que toma alcohol, que juega y el resultado es una cama, una depresión, una gran tristeza, no podés salir sin ayuda. Para mí, la palabra fue muy sanadora, decir que necesitaba una mano me salvó. Cuando lográs salir, tenés que construir un nuevo escenario, es un trabajo que lleva mucho tiempo y luego hay que sostenerlo y afirmar qué es lo que querés para tu vida. Cuando salís de nuevo a la calle y ves todo lo que te estabas perdiendo por tener una vida triste, no querés más de lo otro”.
Jueves, 10 de octubre de 2013
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