LA EDUCACIÓN BAJO ANÁLISIS
Se advierte que se debe evaluar la calidad del dictado de clases
Educadora remarca que no se trata sólo de sumar más días, sino que además sería conveniente revisar el método de enseñanza.
A finales de noviembre los titulares de las carteras educativas del país y de la Nación, se reunieron en torno al Consejo Federal de Educación y se comprometieron a garantizar calendarios escolares de al menos 190 días en 2025. Inclusive especificaron que las jurisdicción que no alcancen tal meta deberán implementar medidas de compensación, es decir, sumar más días de clases. En ese sentido, en general se anunció la extensión de la carga horaria para los alumnos que cursan la primaria. Sin embargo, los especialistas entienden que más allá de sumar más días hay que revisar el método de enseñanza. Mientras la gran mayoría de los estudiantes de la primaria ya no asisten a las aulas, porque alcanzaron los contenidos, y sólo aquellos que deben rendir siguen en las aulas, se abre la discusión en torno al cómo se enseña. "No se trata de agregar días, sino de evaluar la calidad de las clases de días tienen los chicos en la escuela. Los chicos pierden el entusiasmo", explicó en declaraciones a radio Sudamericana María Virginia Calvo, especialista en educación. María Virginia Calvo, especialista en educación, docente y asistente social, analizó la necesidad de rediscutir la calidad de los días de clase en las escuelas argentinas. "Cuando hablamos de días de clase o clase de días, debemos ir más allá de la cantidad numérica. Desde los niveles políticos se celebra alcanzar o acercarse a los 180 días de clase como si fuera un logro. Pero, ¿de qué sirven esos días si no se asegura la calidad educativa que reciben los alumnos?", cuestionó Calvo. La especialista destacó que el énfasis exclusivo en los números descuida la experiencia educativa de los estudiantes. "No se trata de agregar días, sino de evaluar la calidad de las clases de días tienen los chicos en la escuela. Muchas veces, los últimos días del ciclo lectivo son irrelevantes porque los boletines ya están cerrados, y los chicos ni siquiera asisten. Entonces, ¿de qué cantidad estamos realmente hablando?". Además, subrayó la preocupación de muchas familias sobre cómo el sistema educativo ignora los talentos individuales de los niños. "Escuché a una mamá decir que su hijo, que no es naturalmente bueno en Matemática o Lengua, tiene otros talentos, pero no son reconocidos. Desde el jardín de infantes, los chicos son felices, pero al llegar al primer grado, se enfrentan a una currícula rígida que los bloquea. Si no se ajustan a esa estructura, quedan fuera de cualquier posibilidad de sobresalir" explicó. La problemática no termina ahí. Según Calvo, en provincias como Buenos Aires, los niños ya comienzan con Matemática y prácticas del lenguaje desde los tres años en sala de tres. Esto, sumado a la presión por pruebas estandarizadas, solo agrava la situación. "Es un disparate creer que empezar antes mejora los resultados. Los chicos pierden entusiasmo, y con él, su potencial para desarrollar sus talentos. Todo está orientado a cifras, incluso la elección de los abanderados pasa por un número", añadió. Finalmente, Calvo reflexionó sobre los efectos a largo plazo: "Después nos preguntamos por qué los chicos llegan al secundario sin habilidades básicas, como expresarse correctamente. La escuela no los está estimulando. Es hora de replantear qué significa realmente educar".
Jueves, 12 de diciembre de 2024
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