UNA OPINIÓN QUE INCOMODA EN PASO DE LA PATRIA
El sacerdote reclamó acciones definitivas contra la inundación
El padre Horacio Da Silva pidió que se implementen políticas de Estado definitivas para que “los más pobres” no sufran por la creciente del río Paraná. Además, ayer medió para que mujeres y niños del barrio “440” abandonaran el asentamiento que podría inundarse si fallara la defensa.
El sacerdote de la parroquia Inmaculada Concepción de Paso de la Patria reclamó políticas a largo plazo para paliar el problema de las constantes inundaciones en la localidad turística. El padre Horacio Da Silva dijo, en referencia a las obras que deberían realizarse en la ciudad para que ésta no se inunde, “por qué no se hace algo definitivo y duradero, no algo atado con alambre a un parche”. El sacerdote, además, aseguró que “sabemos los que nos puede pasar, por eso debe haber políticas de Estado duraderas. El habitante de la costa, por su sabiduría natural, ya sabe cuando se viene la creciente, pero nunca hacemos nada”, dijo Da Silva, exponiendo una situación que incomoda a las autoridades locales. El padre Da Silva dio su opinión desde el punto de vista pastoral diciendo “sabemos que cuando crece se inunda el Paso pero no se hace nada, ahora resulta que andamos a las corridas, pero los que sufren son siempre los mismos, los más pobres”. El sacerdote, además, tuvo una visión realista sobre la situación de la comunidad. “Como todo se basa en el turismo, por eso nadie quiere alarmar, pero debemos entender que esto a la larga nos perjudica más”, dijo Da Silva a época. El sacerdote participa representando a la Iglesia Católica de las rees del Comité de Crisis, donde diferentes sectores comunitarios coordinan acciones para el trabajo en conjunto ante la emergencia. Da Silva aseguró que “estamos trabajando juntos para la gente que sufre”. Ayer la intersección de sacerdote logró destrabar la situación en el asentamiento “440”, donde los vecinos que viven a la orilla del arroyo Guajo, que pasa por detrás del pueblo de manera paralela al río Paraná, se negaban a retirarse del lugar luego que lucharan contra la crecida desde el pasado viernes levantando un terraplén para no inundarse. Hasta allí fue el intendente Oscar “Chino” García, que no logró que las familias abandonaran el peligroso lugar que, en caso que las defensas cedan, el agua arrasaría con las casas de manera rápida. Da Silva dialogó con los vecinos y consiguió que las mujeres y los niños dejaran el lugar para alojarse en la salón de su parroquia. En la parroquia Inmaculada Concepción, la principal de la ciudad, se instalarán más de medio centenar de familias. Los hombres quedarán cuidando la muralla de defensa realizada con tierra y bolsas, para que ésta no ceda y arrase el asentamiento, constituido de casas precarias. En la parroquia se reciben donaciones de todo tipo para ayudar a estas personas. En tanto desde Cáritas Corrientes se comunicaron con el sacerdote con el fin de asegurarle el envío de alimentos y informarle que se trasladarán hasta la localidad para ayudar. En el lapso de tiempo que transcurrió entre la noche del lunes y la madrugada el martes al agua avanzó sobre el barrio los pescadores, luego que superara las endebles barreras levantadas en el camino a Cabaña Don Julián. En tanto en el centro de la ciudad, en la esquina de las calles San Juan y 25 de Mayo, se libra un sórdida lucha contra el agua debido a que la misma está muy cerca de superar las barreras de contención.
Miércoles, 3 de julio de 2013
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