EL CAMBIO DE RICHARD
La cara del milagro: increíble trasplante
Hace quince años se disparó por accidente con una escopeta y se desfiguró el rostro. Después de varias cirugías se recuperó. "Antes me ponía muy nervioso, todos se daban vuelta para mirarme", publica el Diario Crónica.
Horriblemente desfigurado tras un accidente con una escopeta que le voló la mitad de su cara en 1997, Richard Norris vivió la vida de un ermitaño durante 15 años -ocultándose detrás de una máscara y sólo alguna vez salía de compras por la noche. Cada día se convirtió en una pesadilla cuando se enfrentaba a la crueldad de los extraños toda vez que salía a la calle. Pero los médicos han logrado salvarle la vida a Norris, de 37 años, después de realizar uno de los más complejos trasplantes de cara en la historia, dándoles nuevas características a los dientes, la lengua y la mandíbula.
“Cuando me miro en el espejo, veo a Richard Norris”, dijo recordando la conexión inmediata que sentía con su nueva cara.“Cuando yo estaba desfigurado, simplemente caminar por la calle me ponía nervioso ya que todos se daban vuelta para mirarme! “Ahora ... no hay nada para prestar atención.Al menos los que me conocen personalmente, que no saben que soy un paciente de trasplante de cara”.
El espera que su historia sea interpretada como un mensaje de esperanza a las personas en situaciones similares y fomentar la empatía en los demás. “He oído todo tipo de comentarios”, dijo.“Muchos de ellos eran realmente horribles”.
Ahora, a los 37 años, Norris está empezando una nueva vida: tomar clases en línea en la búsqueda de un tí- tulo en los sistemas de información y la contemplación de una fundación para ayudar a sufragar los gastos diarios y futuras de los pacientes trasplantados durante el tratamiento.El también ha estado trabajando con un fotó- grafo que acaba de terminar un libro sobre su viaje, titulado “Las dos caras de Richard”.
Después del accidente de 1997 en su casa,“Norris no tenía dientes, ni nariz, y sólo una parte de la lengua. El todavía era capaz de sentir gusto por algo, pero no podía oler. Cuando salía en público, normalmente por la noche, se escondía detrás de un sombrero y una máscara.
Norris tenía docenas de cirugías para reparar su rostro, pero con el tiempo llegó a los límites de lo que la cirugía convencional podía hacer por él, dijo el doctor Eduardo Rodríguez, que realizó algunas de esas operaciones y más tarde dirigió el equipo quirúrgico que le hizo el trasplante de cara a Norris.Apenas unas semanas después de que a Norris le dijera otro médico que no había mucho más que pudiera hacer por él, Rodríguez le entregó otra opción:un trasplante.
El médico, que es el jefe de cirugía plástica había estado siguiendo los avances en el campo de trasplante de cara durante años
Lunes, 1 de julio de 2013
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