ESCRIBE RAMON CAVALIERI
Querida comunidad del Colegio Santa Teresa de Jesús de Goya
Me dirijo a ustedes con un corazón rebosante de gratitud y emoción, impulsado por la necesidad de expresar lo que las palabras apenas pueden abarcar. Hoy, quiero rendir un testimonio de agradecimiento profundo, un reconocimiento lleno de admiración y cariño hacia esta institución que ha marcado un antes y un después en la vida de mi familia.
Cuando se quiere, cuando existe buena voluntad y, sobre todo, la capacidad para hacer las cosas, los resultados no solo suelen ser buenos, a veces son extraordinarios. Es así como el Colegio Santa Teresa de Jesús se ha convertido en el faro que ilumina nuestro camino, en el refugio que nos devolvió la esperanza y, lo más importante, en el instrumento que nos permitió recuperar a nuestro hijo.
Llegamos a ustedes en mayo, desesperados y casi sin esperanzas, con un hijo que había sido víctima de un cruel bullyng en otra escuela. La Escuela Magdalena Güemes de Tejada. Dejó cicatrices profundas en el alma de nuestro hijo, sumiéndolo en un rincón de su aula donde el silencio y la soledad eran sus únicos compañeros. Ni siquiera el cambio de curso logró frenar el acoso, llevándolo a una situación tan crítica que la intervención del Ministerio de Educación fue inevitable. Ataques de pánico, internación en terapia intensiva, daño irreparable.
Sin embargo, en medio de la oscuridad, encontramos la luz en el Colegio Santa Teresa de Jesús. Aquí descubrimos que la vida normal es posible, que la integración, la solidaridad y el apoyo son más que simples palabras en un discurso. Mi anhelo más profundo era que mi hijo fuera uno más, que viviera momentos buenos y difíciles, que experimentara el crecimiento personal y, sobre todo, que se enfrentara a los desafíos de la vida con la fuerza interior que todos llevamos dentro. Y eso se hizo posible gracias a ustedes.
No puedo mencionar a cada uno de los profesores, preceptores, directivos, compañeros y padres, porque sé que faltaría alguien, pero quiero destacar la figura del Rector Sergio Insaurralde. Un hombre cuyas virtudes humanas, sencillez y capacidad para ejercer su cargo han sido clave en este proceso de transformación. Cuando la cuestión académica parecía una montaña insuperable a mitad de año, decidimos enfrentarla. Nos dirigimos al Rector con la preocupación de que nuestro hijo repitiera el año, planteándole el agradecimiento pero dejando la escuela en el presente año para recomenzar el próximo. Su respuesta fue un rotundo: "DE NINGUNA MANERA". "VAMOS A TRATAR DE DARLE CONTENCIÓN Y TIENE MUCHAS INSTANCIAS DE RECUPERAR". Y así fue.
Hoy, lo académico pasa a un segundo plano, porque lo que realmente importa es que hemos recuperado a nuestro hijo. Con una mochila pesada, sí, pero con la capacidad de sonreírle a la vida. El Colegio Santa Teresa de Jesús no solo nos ha devuelto a nuestro hijo, nos ha devuelto la fe en la educación, en la humanidad y en la posibilidad de un futuro mejor.
Gracias, gracias de todo corazón, por ser el puente que nos llevó de la desesperación a la esperanza, por ser la mano amiga que necesitábamos en nuestro camino. Que esta carta abierta sea un humilde homenaje a la labor excepcional que realizan, y que el eco de nuestra gratitud resuene en cada rincón de esta querida institución.
Con eterno agradecimiento,
Ramón Cavalieri
Carpe Diem
Domingo, 10 de diciembre de 2023
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