GOYANO POR ELECCIÓN
Enrique Pichon-Rivière, un pionero de la psicología social que hablaba guaraní
"Aprendí a hablar perfectamente el guaraní; mi maestro fue el primer capataz que tuvo mi padre en la plantación. El guaraní es un idioma hermosísimo, del que todavía recuerdo muchas palabras y giros. Y lo curioso es que pasé del francés al guaraní directamente: el castellano recién lo aprendí cuando tuve que ir a la escuela. Incluso necesité tomar algunas lecciones".
La cita casi podría pasar desapercibida si no fuera por el hecho de que quien la dijo fue nada menos que el ilustre Enrique Pichon-Rivière, considerado el padre de la psicología social en la Argentina y pionero de esta disciplina en Latinoamérica. Durante toda su vida, el reconocido pensador recordó su infancia y adolescencia en una ciudad de Goya, donde la mitología y saberes del pueblo originario lo impresionaron de tal modo que fueron uno de los motores a lo largo de su producción académica. Este es un breve repaso de su historia. Por su apellido, lo apodaban «El Francesito», aunque había nacido en Suiza, en 1907. Fue el sexto hijo de Alphonse Pichon, pero el primero de Joséphine de la Rivière, quien era hermana de la madre de sus cinco hermanos. Alphonse se había casado con su cuñada al quedar viudo, algo que no era bien visto en la sociedad de entonces.
La familia llegó a Argentina en 1910 en busca nuevos desafíos y tras pasar por Buenos Aires, se instalaron primero en el Chaco Salteño y luego, llegaron finalmente a la ciudad correntina.
Entre las muchas obras que hay escritas sobre el pensador, se menciona que la familia Pichon-Rivière no la pasó tan bien al principio. El padre intentó tener plantaciones algodoneras y de tabaco, pero las constantes inundaciones, el clima y algunas enfermedades con las que tuvieron que lidiar, se lo hicieron muy difícil. Sin embargo, en la zona la incidencia guaraní era muy fuerte y el pequeño Enrique creció escuchando las historias que les contaban las personas que trabajaban en el campo y la casa familiar. Fue en ese contacto con el mundo mágico ancestral que el pensador encontró una especie de guía a para sus futuros métodos de investigación.
CHOQUE DE CULTURAS
«Allí toda aproximación a una concepción del mundo es de carácter mágico y está regida por la culpa. Las nociones de muerte, duelo y locura forman el contexto general de la mitología guaraní», decía años después sobre la cultura guaraní en el prólogo de su libro «El proceso grupal». Allí lo dejaba más que claro: «Mi vocación por las Ciencias del Hombre surgió de la tentativa de resolver el conflicto entre dos culturas: la europea, mi cultura de origen, y la guaraní, de la que fui testigo desde los 4 años…».
Cursó sus estudios primarios y secundarios en Goya, donde tiene un primer contacto con los otros pilares en su vida: la obra de Sigmund Freud y la poesía francesa, de la denominada «Cofradía de los poetas malditos». Luego, a los 19 se trasladó a Buenos Aires donde completó sus estudios en medicina. De inmediato estudió antropología y se metió de lleno en la Psiquiatría y el Psicoanálisis.
Como profesional, su obra es vastísima. No por nada es reconocido como el padre de la psicología social en Argentina. Se le destacan por ejemplo, que fue el creador de la teoría del grupo operativo, y también, el fundador de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Pero de todo, lo que más se destacó es que cambió la forma de tratar a los pacientes en los hospicios a los que no consideraba enfermos. Su metodología que permitió mejorar la práctica en estas instituciones, la resumía en un piensamiento: que los denominados locos, eran los más lúcidos».
Pichon-Rivière murió el 16 de julio de 1977 en Buenos Aires. Para recordarlo y en homenaje a su intensa obra de vida y a los aportes que fundaron numerosas instituciones formadoras de profesionales en el país, en la Argentina se eligió el 25 de junio, fecha de su nacimiento, como el Día del Psicólogo Social en la Argentina.
UNA VIDA EJEMPLAR. En El Francesito, un documental (im)posible sobre Enrique Pichon-Riviére, hace un recorrido sobre las principales vivencias y anécdotas de la vida del ilustre. De todas, destacan que no se privó de nada y llevó una existencia en la que practicó deportes de todo tipo, conoció lugares y personas y trató siempre de entenderlas sin ningún tipo de sesgos. Uno de los entrevistados para ese trabajo audiovisual, dice al respecto: «A veces lo llamaban rebelde. ¿Por qué? Porque conocía la vida».
MARCADO. Por distintas vivencias a lo largo de su historia, Enrique Pichon-Rivière, dijo siempre que estaba muy unido a la tristeza. De hecho, esta fue una de sus grandes obsesiones. Indagaba en la tristeza no para quedar atrapado en ella sino para superarla a través de la creación. Una de sus frases más célebres al respecto: «Quien se entrega a la tristeza, renuncia a la plenitud de la vida, y entregarse a la tristeza es quedar con la mirada fija en lo perdido y no poder ver lo que nace, lo que vive, lo que crece y que es antagónico a esa pérdida».
UNA CIENCIA NECESARIA. La Universidad Europea definde a la Psicología Social como «una rama de la Psicología que estudia el comportamiento humano en la sociedad». También explica que el objetivo de esta disciplina es que «intenta comprender las causas y motivos sociopsicológicos que subyacen al comportamiento humano y las masas. Procura llegar a leyes y principios que rigen la convivencia para facilitar la calidad de vida de cada individuo y favorecer un funcionamiento óptimo de la sociedad».
Martes, 10 de octubre de 2023
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