POR FRANCISCO MALDONADO
Un remisero sigue desaparecido y toda una familia espera por su regreso a casa
Gerardo Francisco Torres está ausente desde fines de octubre del año pasado. Sin ayuda de las fuerzas de seguridad, el grupo familiar lo sigue buscando. “Hasta que no veamos el cuerpo no diremos que murió”, dijo una hermana. Tienen la fe intacta de que el trabajador llame y diga que está bien.
LO VIERON POR ULTIMA VEZ LUEGO DE LA MISA DE 15 DE SU HIJA Una madre casi destrozada, pero con las fuerzas necesarias para seguir adelante, un padre, sus hermanos y una hija tienen la esperanza intacta de hallar con vida al integrante de una familia que hace siete meses desapareció misteriosamente. Se trata del remisero Gerardo Francisco Torres, de 40 años, quien a fines de octubre del año pasado abandonó en la vía pública su automóvil y nunca más lo encontraron. Sin ningún tipo de ayuda y sin investigación por parte de las fuerzas de seguridad, la familia trata de entender qué pasó con él. No saben si está vivo o muerto sólo quieren hallarlo. Lourdes Torres, de profesión docente y hermana del remisero desaparecido, habló con El Litoral y dijo que “no se sabe nada de él. No hay otro dato por el caso. No se siguió investigando y todo quedó en nada. Buscamos información por todos lados, pero seguimos esperanzados de encontrarlo. Mi madre está destrozada e hicimos la denuncia en la Policía y Gendarmería Nacional. También en la Prefectura”. El hombre era muy querido, muy atento en su familia que está compuesta por sus padres Juan Carlos Torres y Juana Francisca Barrios y sus tres hermanos, dos de ellos varones. “Se lo extraña un montón”, dijo su hermana aludiendo luego que “no estamos resignados, sabemos que algún día lo vamos a encontrar”. Los familiares creen que está en algún lugar. Piden que se comunique con ellos y diga que está bien. “Sólo que nos llame para saber que está bien”, dijo Lourdes. El hombre tenía buena relación con sus colegas de Apipé y de otras empresas. Un día, el 28 de octubre del año pasado, saludó a su hija tras la misa de sus 15 años y luego se retiró. Después no se supo más nada de él. Apareció por calle Lavalle al 50 su automóvil y se temió que se haya arrojado al río Paraná. Nada de eso pasó. No lo encontraron ni por agua ni por tierra. Su paradero es un misterio. La familia sigue adelante. Tienen la esperanza de hallarlo con vida. No cuentan con ayuda de ninguna fuerza de seguridad. La hermana del remisero, quien se encargó junto a su familia de repartir y pegar panfletos con su foto en comercios de esta ciudad, dejó una conmovedora frase dedicada a su hermano: “Nosotros tenemos la esperanza de que algún día nos llame, quiero decirle que toda la familia lo ama y lo estamos esperando en casa”. Ya pasaron 7 meses de su ausencia. Una familia lo recuerda a diario, aunque recaer en la nostalgia y la angustia es un factor negativo en este caso. Con toda la fe intacta saben que algún día sonará el teléfono informando acerca de su aparición.
FRANCISCO MALDONADO fmaldonado@ellitoral.com.ar
Sábado, 8 de junio de 2013
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