EL ÚLTIMO SUCESO INVOLUCRÓ A UN FUNCIONARIO DE TAPEBICUÁ
Emiten alerta por secuestros virtuales y estafas en Corrientes
Muchos de los casos, que se concretan vía telefónica, no llegan a ser denunciados en la Policía. El fin es obtener rédito económico. Luego de tomar estado público un caso de secuestro virtual con fines extorsivos, que involucró a un funcionario de gobierno de la localidad de Tapebicuá, desde la Policía emitieron recomendaciones para que las personas no sean víctimas de estos ilícitos.
El más reciente de los sucesos involucró a Carlos Gómez, secretario de Gobierno de la citada localidad distante 384 kilómetros de la capital provincial. El hombre, en contacto con Radio LT12 de Paso de los Libres, contó que “todo comenzó cuando llamaron a mi domicilio diciendo que había tenido un accidente en una traffic blanca con otro vehículo”. Fue su esposa quien atendió y los maleantes le manifestaron que “estaba internado en el hospital”, expresó. El incidente vial fue el eje central del ardid y con esta maniobra consiguieron datos personales valiosos de Gómez. Con suficiente información el malviviente al otro lado del teléfono muta el llamado de un accidente vial a un secuestro del cual era víctima el funcionario momento en que le pide una suma de dinero y le da un cierto tiempo a los familiares para que realicen el depósito. “En un momento incluso le hacen escuchar una voz similar que llega a identificar mi mujer por el parecido, cosa (sic) que hacía la versión más creíble”, relató. En un rapto de lucidez, la esposa se contactó con los allegados en el trabajo de su marido y así confirmó que se encontraba sano y salvo y no fue protagonista de algún siniestro de tránsito. Confirmada esta situación dio por finalizada la llamada y dio aviso a las autoridades correspondientes para iniciar la investigación del caso. “Me termino enterando después porque me llamaba gente y me preguntaba cómo estaba, si no me había pasado algo”, sostuvo Gómez.
Alerta En virtud de este caso y de otros tantos de los que no llegan a hacerse denuncia formal, la Jefatura de Policía de Corrientes, a través del Departamento de Relaciones Institucionales, divulgó una serie de descripciones y recomendaciones ante situaciones similares. Las llamadas tienen como fin estafar a las personas. Ya sea simulando secuestros de familiares de quien recibe el llamado o fingiendo la obtención de premios por parte de distintas empresas (telefónicas, agencias de automotores, etcétera). Respecto al primer ítem, la Fuerza de seguridad recomendó no desesperarse cuando se reciben llamados telefónicos provenientes de celulares desconocidos. Y más aún cuando se hacen en el modo “privado” para extorsionar pidiendo rescate por alguien secuestrado. No acatar la orden de mantener abierta la comunicación con el supuesto secuestrador y realizar las consultas y llamadas al teléfono de la persona supuestamente secuestrada y/o teléfonos de otros familiares que puedan corroborar la ausencia de la supuesta víctima privada de la libertad. No aportar al supuesto secuestrador identidad, características, prendas de vestir, ni otros datos que utiliza el estafador para desarrollar su maniobra. Notificar a la Policía del hecho de inmediato.
Falsos premios La restante modalidad de estafa consiste en que las víctimas son supuestas ganadoras de premios por sorteos teniendo en cuenta el número de línea telefónica. Generalmente son llamadas provenientes de otras provincias, ya sea de Córdoba, Santa Fe o bien de Buenos Aires, notificando a la persona que recibe el llamado ser beneficiario/a de vehículos u otros artefactos electrónicos. Cuando la persona damnificada ha creído ser ganadora del premio, pueden existir reiteradas comunicaciones con el estafador o estafadora quien siempre utiliza para comunicarse “celulares con chips” cuya titularidad es inconsistente, es decir que no se puede determinar quién es su titular real. Posteriormente, diciendo que se trata de “gastos de transporte”, le pide a la persona un depósito tipo giro Western Union o Western Junior que debe ser acreditado a nombre de alguna persona, a un domicilio fijado por el estafador quien además le pide el número de transacción del depósito para poder cobrarlo, o bien le pide una determinada suma equivalente a tarjetas telefónicas cuyas numeraciones de códigos deben ser pasado al malhechor. Cuando el/a damnificada cumple con estas condiciones y al no recibir el bien prometido se da cuenta que fue estafada. Por ello insistieron en no hacer caso a las ofertas e información de premios adjudicados por particulares o presuntas empresas, especialmente cuando se exige el depósito anticipado de dinero. Si se entabla conversación con el estafador, las personas deben exigirle que se le proporcione un número telefónico domiciliario que puede corresponder a un domicilio particular o comercial, ya que esta es la única manera de establecer el lugar de donde provienen los llamados y poder realizar las corroboraciones.
Cómo actúa un secuestrador virtual Generalmente él o los estafadores llaman a un teléfono fijo domiciliario o comercial, algunas veces se comunican directamente a algún teléfono celular de la víctima. En primer lugar le informa que un familiar (esposo/a, hijo/a, hermano/a, abuelo/a, etcétera) ha sufrido un accidente vial. Este es el momento en que el delincuente obtiene las primeras informaciones respecto de datos físicos o identificatorios del/a supuesto/a secuestrado/a proporcionados involuntariamente por el/a damnificado/a ya que en su desesperación para determinar si es o no miembro de su familia, aporta el nombre, características física o ropas que utilizaba. Posteriormente, el malandra da un abrupto giro a la conversación diciéndole que tiene secuestrado a su familiar y le exige a la víctima de la estafa que no corte la comunicación para mantenerlo en línea. De esta forma evitaría que no se pueda comunicar con otras personas y averiguar sobre la supuesta persona secuestrada. Al mismo tiempo permanentemente amenaza con matarla si no paga el rescate, y hasta le hace escuchar una voz femenina o masculina (según el caso) pidiendo auxilio. En la mayoría de los casos le exigirá a la persona engañada que haga un depósito por la vía Western Union o Western Junior, depositando en una boca postal a nombre de alguien ficticio y debe informarle el número de transacción del depósito. Eventualmente, si no cuenta con dinero abultado, le exigirá la compra de tarjetas telefónicas cuyos códigos le debe informar al supuesto secuestrador. Mientras se obtiene el dinero y se dirige a depositarlo, el estafador le sigue acechando con las amenazas y mantiene ocupado al damnificado/a procurando que no se comunique con otras personas que puedan desbaratar el plan fraudulento. Cuando el/a afectado/a deposita el monto, le ordena que apague el teléfono por un determinado tiempo tras lo cual recibirá información de dónde localizar a la víctima. Este es el momento en que el bandido, apoyado por cómplices, ya estaría cobrando el dinero en el destino girado, teniendo en cuenta que el cobro por estos medios se habilita en cuestiones de minutos.
Miércoles, 5 de junio de 2013
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