El sector venía de períodos con importantes bajas en la mayoría de sus indicadores, pero en 2022 cerrará en un crecimiento mayor al 6 % e incremento en los niveles de empleo formal. Balance y perspectivas de lo que se puede esperar.

La construcción cierra un buen año ya que los datos del Indec muestran, entre enero y agosto, un crecimiento del sector y del empleo formal generado. La Cámara de Constructores Independientes de Mendoza (Cecim), que agrupa a los pequeños y medianos empresarios del sector, y la Red Edificar –un conjunto de empresas proveedoras que cooperan entre ellas desde hace 20 años- eligieron esta semana para realizar sendos encuentros de fin de año.

Y, pese a los vaivenes de la economía así como a las variables en juego, el sector tiene motivos para festejar más allá de que, para el próximo año, la inflación se cierne cual nube amenazante con pronóstico de menor crecimiento o de baja.

Raúl Mercau, economista y director de la carrera de Economía de la facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo, explicó que los datos disponibles en el Indec a nivel nacional muestran que entre enero y agosto de 2022 se registró un crecimiento de 6,4 % en comparación con el mismo período de 2021.

“Es un dato lógico si se tiene en cuenta que el ritmo de la construcción siempre está muy atado a los niveles de actividad general y la misma terminará con una mejora en torno al 4 %”, sostuvo Mercau. El economista agregó que aún no hay datos precisos para Mendoza.

LA INFLACIÓN COMPLICA LA LICITACIÓN DE OBRAS NUEVAS.
La tendencia favorable de este año se observó también en una recuperación de los niveles de empleo del sector con una mejora interanual entre enero y julio de 17,5 %. Aunque alentadores, los períodos previos habían sido muy malos.

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Al respecto, Dalmiro Barbeito, presidente de Cecim, comentó que este año observaron una importante recuperación después de la pandemia ya que, antes de ella, la situación también había sido crítica. “Veníamos de un piso muy bajo, por lo que la activación es muy importante”, subrayó Barbeito.

Así, 2019 ya había sido recesivo para la construcción mientras que 2018 solo se había mantenido. En 2020, por los motivos conocidos, la actividad se estrelló con una baja de casi 20% por lo que el crecimiento del 30 % del 2021 sirvió para levantar cabeza y que este año la mejora fuera palpable.

El empresario sumó que el empleo registrado del sector de la construcción local creció casi a los niveles de 2019 debido, entre otras cosas, que este año se destinó el 8 % del presupuesto provincial a la obra pública.

La actividad económica, los nuevos planes de obras públicas con especial foco en las viviendas y el reinicio de obras paralizadas durante la pandemia son lo que, principalmente, explican la buena performance de la construcción durante este año.

Por este motivo, la Cámara de Constructores celebra que el presupuesto provincial para 2023 prevea el 11 % para obras y realiza un reclamo: que la oposición local acepte el endeudamiento para realizar obras que consideran claves para Mendoza; muchas de ellas relacionadas con la crisis hídrica.

La inflación puede desinflar al sector
Para el 2023 las perspectivas no son tan alentadoras aunque, según la encuesta de expectativas del Indec para los próximos tres meses, más del 65 % cree que la situación se va a mantener y solo el 15 % estima que puede disminuir.

Al estar muy atada al nivel de actividad, la construcción corre riesgo de desinflarse ya que el Banco Central de la República Argentina proyectó un crecimiento de 1 %.

Según Mercau, la inflación esperada del 90 % puede complicar al sector y desalentar inversiones. Aunque el economista aportó que los ladrillos siempre han sido un refugio cuando el peso pierde valor.

Al respecto, Diego Pérez Colman, presidente de la Red Edificar, sostuvo que la construcción siempre ha sido una alternativa para el consumidor así como para los inversionistas. En un contexto de suba de precios, el gerente de Hipercerámico observó que las tarjetas de crédito han sido una oportunidad para los consumidores.

“El año que viene lo vemos muy difícil en materia inflacionaria y el principal problema va a ser el costo financiero así como la readecuación de contratos”, observó Barbeito quien agregó que la macroeconomía atenta contra la construcción en el mediano plazo.

Algo más que puede atentar contra el sector son las restricciones a la obra pública para poder cumplir con las metas del Fondo Monetario Internacional. Como lado B, los distintos estratos del sector público podrían redoblar esfuerzos en un año de elecciones.

Jueves, 20 de octubre de 2022