PSICOLOGÍA
“Calmate”, la palabra que deberías evitar si querés tranquilizar a alguien
"Si hay una palabra que nunca funcionó en la historia de la humanidad es la palabra 'calmate': el 100% de las veces no calma a nadie, sino que, muy al contrario, pareciera que echa más leña al fuego".
El que habla es el psicólogo Flavio Calvo, quien añade que cuando alguien está enojado o triste y se le indica que se calme, se tranquilice, o no llore, "la emoción se potencia" y provoca el efecto contrario, es decir, que adquiere "más energía y explosividad".
¿Por qué no funciona? En primer lugar, explica Calvo, al decirle "calmate" a una persona, se está utilizando el tono imperativo, "que invalida la emoción que la otra persona está sintiendo y expresando".
"Las emociones existen para ser expresadas, para ser reconocidas y validadas, por lo que, al hacer el intento de frenarla, por obligación, va producir que brote aún con más fuerza", manifiesta.
"Asimismo, esa persona, con seguridad no está feliz de sentir esa emoción, no eligió sentirse así, y por más que se lo digas no va a poder dejar de experimentar esa emoción de un segundo a otro", añade.
Saber acompañar Al sentir enojo o tristeza, las personas suelen necesitar esas emociones intensas que afloran sean validadas por un otro. ¿El problema? En muchas ocasiones, las personas que se encuentran en el rol de interlocutores, no saben cómo recibir ese enojo o esa tristeza, ni cómo acompañar a quien sufre.
Por eso, dice el psicólogo, muchas veces este "calmate" está más relacionado con el miedo a no saber qué hacer con la emoción del otro, que por una preocupación sincera para que esté bien.
"Da más miedo no saber cómo se 'debería' reaccionar, que el enojo o tristeza en sí mismo. Conciente o inconcientemente se prefiere que el otro acalle su emoción para quedar libre de tener que hacer algo con ella", afirma.
Hacer silencio y escuchar es también una buena forma de acompañar. Foto Shutterstock. Hacer silencio y escuchar es también una buena forma de acompañar. Foto Shutterstock.
Enojo, miedo, tristeza Y añade que es necesario entender que "hay emociones que son negativas, no porque sean malas en sí, sino por cómo nos hacen sentir". "Esas emociones -cotinúa- son sanas y cumplen una función importante, tanto en la vida como en la salud mental de las personas".
El enojo, cuando está bien expresado, "ayuda a poner límites, a expresar lo que no te gusta, a poder poner un punto final a lo que te está molestando o lastimando", plantea.
El miedo también es muy importante, "porque sin él, jamás hubiésemos sobrevivido como raza humana en nuestra evolución; el miedo previene de peligros y ayuda a tomar caminos más seguros", destaca Calvo.
La tristeza, en tanto, es la emoción que favorece el poder gestionar los duelos, las pérdidas y las frustraciones.
"Sin estas emociones no podríamos ser personas sanas. Cuando frente al enojo o tristeza de alguien se le dice 'calmate', 'no llores', se está haciendo, de alguna manera, una prohibición de expresar una emoción que va a ayudar a sanar", destaca el profesional.
El gran problema de esto es que, cuando se prohíbe la expresión de una emoción real y sana, suelen aparecer otro tipo de sentimientos, emociones sustitutivas que no son saludables, dice.
"Ese enojo no pronunciado puede convertirse en ira, esa tristeza si se esconde puede transformarse en indiferencia o en depresión", plantea.
Y subraya que permitir que otras personas expresen sus sentimientos, "darle el valor que merecen a esas emociones y reconocer la opinión del otro", más allá de que coincida o no con la propia, es un gesto de salud mental.
Las emociones que se taponan no desaparecen, se potencian. Foto Shutterstock. Las emociones que se taponan no desaparecen, se potencian. Foto Shutterstock.
Qué decir en lugar de "calmate" Hay muchas palabras y frases que pueden usarse en lugar del simple "calmate" y que son, incluso, más efectivas si lo que se busca es acompañar a alguien que sufre.
Frases como "te escucho", "te acompaño", "es real lo que sentís", "contarme que te está pasando" son, según Calvo, "frases abrepuertas" que pueden ayudar a que la persona se exprese, "a que no guarde una emoción saludable y que pueda manifestarla libremente".
"Son frases que en lugar de prohibir liberan y sanan. Por otro lado, te vinculan de una manera diferente y más empática con las personas", afirma.
No obstante, en algunas ocasiones, el silencio es el mejor camino. "Simplemente es necesario dejar que el otro se exprese, hacerse a un lado, no hablar, no mediar una palabra, es otra manera de permitir que eso que lleva dentro pueda ser expresado sin límites".
"Si hay algo realmente saludable y terapéutico es darle la libertad al otro de expresar sus emociones sanas, y de darte a vos mismo la libertad de poder expresar las tuyas. El grado de congruencia entre lo que se siente por dentro, con lo que se expresa por fuera es lo que mide la verdadera la salud mental y emocional de un ser humano", concluye.
Lunes, 11 de abril de 2022
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