Tener hábitos financieros saludables ayudarán a tener menos estrés, ansiedad e incertidumbre sobre la vida en general.

Por Diego Martínez Burzaco*
Si existe algo que quedó en evidencia con la llegada de la pandemia es que el ser humano padece sensaciones muy parecidas, sin importar el lugar en el que se encuentre.

Una encuesta realizada por la Universidad de Buenos Aires reveló que, en la salud mental y emocional, las sensaciones más repetidas son la tristeza, la ansiedad, la angustia y la depresión. Todo esto junto a la incertidumbre.

Sin embargo, lo que resulta fascinante es el conjunto de sensaciones que tienen las personas en el ámbito financiero. De acuerdo a un estudio impulsado por CNBC, el 90% de los estadounidenses sufre estrés por problemas financieros. Además, un 40% asegura que considera que tiene los ahorros necesarios para afrontar eventuales problemas.

Volviendo al caso de Argentina, casi el 80% tiene miedo sobre el efecto negativo de la pandemia en los ingresos familiares y el estilo de vida. Además, solo un tercio de los ciudadanos asegura que no cuenta con deudas y que sus cuentas están en orden.

¿En qué se parecen todas estas evidencias? En que hay una clara ausencia de educación financiera en gran parte de los hogares del mundo. Y esto es imperdonable.



Cuatro consejos para mantener tus finanzas personales al día
Quienes no tienen su situación financiera en orden tendrán poco éxito en la gestión de sus inversiones. De hecho, se puede afirmar que un gran porcentaje de estas personas ni siquiera tiene ahorros disponibles para invertir y crear un mayor patrimonio.

Según las estadísticas internacionales, quienes manejan adecuadamente su dinero comparten siete hábitos:

Gastan menos dinero del que ingresa.
Tienen baja deuda y es manejable.
Pagan sus cuentas a tiempo, evitando recargos.
Tienen buena calificación crediticia.
Cuentan con ahorros suficientes para afrontar gastos inesperados.
Invierten pensando en el largo plazo.
Tienen planes de inversión claros.
Estos hábitos son realmente importantes. Se vinculan unos con otros y engloban un plan estratégico para poder alcanzar la tan anhelada libertad financiera.

Así, lo primero que hay que hacer es mantener los gastos por debajo de los ingresos, ya que, de lo contario, no es sostenible. Luego, hay que tener una estrategia de inversión en base a nuestros objetivos y necesidades. Cuantos más ambiciosos sean los objetivos, más riesgos habrá que tomar para alcanzarlos, y más nos desviaremos, probablemente, de nuestro perfil de inversor.

Como se puede observar, todo está absolutamente vinculado. Decirlo parece muy sencillo, pero hacerlo es realmente un desafío.



*Economista de la Universidad de Buenos Aires con especialización en Mercados de Capitales, cuenta con más de 20 años de experiencia en los mercados internacionales.

Martes, 22 de febrero de 2022