PROYECTO DE LEY
Lo que el Gobierno enviará al Congreso: datos, proyecciones y muchas promesas al FMI
El acuerdo convertido en proyecto de ley incluirá promesas, senderos, proyecciones, incluso silogismos y ecuaciones, todas ellos compuestos de buenas intenciones fiscalistas.
El Gobierno enviará algo de letra chica del acuerdo con el FMI al Congreso. En rigor, la última información que llegó a la redacción de Ámbito, es que la Casa Rosada prepara para los próximos días un proyecto de ley autorizando el préstamo del Fondo Monetario. Eso es lo que votarán los legisladores. Por sí o por no. Sin embargo, ese proyecto tendrá un “apartado”, una especie de anexo que, según sostienen las fuentes, que poco más poco menos, condensa una seria de precisiones, muy pocas adicionales a las que ya se han conocido. El detalle es que el Gobierno también incluirá promesas, senderos, proyecciones, incluso silogismos y ecuaciones, todas ellos compuestos de buenas intenciones fiscalistas, saneamientos varios en las cuentas públicas que a los ojos del FMI sonarán bien, aunque sin demasiadas metas concretas.
El objetivo (de la Casa Rosada) podría ser doble. Por un lado, en lo que es un giro polémico, un sector del oficialismo supone que, sin demasiados datos concretos que defender teniendo presente lo aleatorio e incierto del contexto doméstico, la discusión parlamentaria podría fluir sobre la superficie, casi atravesar las dos cámaras con cierta elegancia, generando baja incertidumbre en el frente cambiario, poca volatilidad en el mundo empresario, y apenas algunos heridos en los cruces verbales de la política, sobre todo hacia adentro en el Frente de Todos.
El otro menester, más peregrino pero no menos relevante, sería generar un margen importante de subjetividad, una especie de amplio abanico de alternativas, sobre el cual dar las próximas discusiones con el FMI, las famosas revisiones trimestrales, donde los Geogieva´s boys vendrán con los papeles firmados en la mano, el “compromiso” de la Argentina para los próximos dos años, que será, atención, como se dijo, un racimo de buenas intenciones, una especie de sendero de promesas.
Si uno quiere, podría llamarse una “carta de intención”, pero no un memorándum final de entendimiento. En rigor, las fuentes que hablaron con este cronista prefieren subrayar algunas observaciones notadas al pasar y callar otras. Por ejemplo, señalan que la propuesta a ser contemplada dirá que el tipo de cambio estará atado a la inflación, proyectado en torno al 40% para el 2022 en el documento y que es tipo de cambio deberá ser competitivo en términos reales. La base de cálculo, dicen, será de fines de enero de 2022. Esto fue anticipo de este diario durante la semana.
Otro de los puntos es la cuestión del crecimiento económico y la inflación. Las fuentes sostienen que el documento señala un crecimiento estimado de entre 3,5% y 4,5% en 2022. Sin embargo, las proyecciones para los años subsiguientes incluidas en la carta de intención, podrían generar alguna pregunta, ya que el crecimiento estimado (y buscado) de la Casa Rosada, en promedio, por año, será de 1,7% a 2,2% anual, es decir, un crecimiento bajo. Este “aterrizaje” proyectado en la actividad -que seguramente será el encargado de conservar los dólares para acumular en las reservas y comenzar a pagar- se hará, al mismo tiempo, sostienen, reduciendo la inflación, en una brecha que iría entre 35 y 45% aproximadamente para fines de 2022. La promesa que Guzmán girará al Congreso dirá que, en sus planes, estará el compromiso de reducir la inflación 5% por año con fecha de “llegada” en 2024.
Las fuentes prefieren callar, por ahora, algunas cosas, pero lo que sí mencionan es que del documento en cuestión surge que el propio Gobierno toma nota y comunica de las “incertidumbres” del escenario contemplado que, según el Palacio de Hacienda, deberán ser incorporadas en tiempo real en las discusiones con el FMI, es decir, que ahora no pueden ser tenidas en cuenta. Brasil, la Reserva Federal, la sequía, los subsidios, los precios internacionales, pueden ayudar o empeorar la cosa o, en todo caso, las revisiones y, por ende, los compromisos firmados.
Miércoles, 16 de febrero de 2022
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