ANTES DEL EMBARAZO
Qué pueden hacer las mujeres para reducir las chances de obesidad en sus futuros hijos
Una investigación sostiene que las decisiones que se toman previamente a concebir influyen en el futuro peso del niño.
Apoyar e instar a las mujeres a que consuman una dieta saludable antes del embarazo podría reducir el riesgo de obesidad para sus hijos, según una nueva investigación dirigida por la Universidad de Southampton cuyos resultados fueron publicados en el International Journal of Obesity.
La información cobra especial relevancia en un momento en que las tasas de obesidad infantil están aumentando en todo el mundo. Según se indica en el estudio a nivel global, se estima que 124 millones de niños y adolescentes en edad escolar tienen obesidad.
Nuestro país no es la excepción: según la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS2) de 2018, los chicos comen peor que los adultos en términos de calidad y 4 de cada 10 están por encima de su peso saludable, casi el triple de lo esperado para la edad.
Más del 20% de los niños, niñas y adoelscentes de hasta 17 años tiene obesidad en el país. Foto Shutterstock. Más del 20% de los niños, niñas y adoelscentes de hasta 17 años tiene obesidad en el país. Foto Shutterstock.
Los datos muestran que el 20,7% de los niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años tienen sobrepeso y el 20,4% obesidad. Asimismo, el país se encuentra en la cima del ranking regional de sobrepeso en menores de cinco años (13,6%).
En países como Reino Unido, donde se llevó a cabo el estudio, casi una cuarta parte de los menores de cinco años tienen sobrepeso o son obesos y esto aumenta a más de un tercio cuando los niños comienzan la escuela secundaria.
Estos datos no solo son importantes por su salud en esa etapa, sino que además los expertos enfatizan que los niños obesos tienen más probabilidades de ser adultos obesos, con consecuencias a largo plazo para su salud. Y las dietas poco saludables son señaladas como uno de los factores más relevantes.
La dieta llevada a cabo por la madre en el embarazo también podría incidir en los riesgos de obesidad futuros. Foto Shutterstock. La dieta llevada a cabo por la madre en el embarazo también podría incidir en los riesgos de obesidad futuros. Foto Shutterstock.
En este contexto, una nueva investigación, dirigida por Sarah Crozier, doctora y profesora asociada de epidemiología estadística en la Universidad de Southampton, ha encontrado que los niños de ocho o nueve años tenían más probabilidades de ser obesos si su madre tenía una mala alimentación durante y antes del embarazo.
La investigación identifica los momentos en los que se centra como críticos, y los señala como efectivos a la hora de impulsar iniciativas para reducir la obesidad infantil.
Un análisis a largo plazo Los datos analizados se basan en las dietas de 2.963 parejas de madres e hijos que formaron parte de la Encuesta de mujeres de Southampton en el Reino Unido, un estudio de larga duración que rastrea la salud niños y mamás. Las mujeres se habían sumado al estudio antes del embarazo, cuando estaban considerando por primera vez tener un bebé.
Como parte de la encuesta, las respuestas de las mujeres encuestadas se utilizaron para completar cuestionarios sobre su dieta y la de su hijo. Los investigadores indagaron respecto a la dieta de la madre antes de quedar embarazada, y cuando tenían 11 y 34 semanas de embarazo.
También averiguaron qué comía el niño a los seis meses, un año, tres años, entre los seis y los siete, y entre los ocho y los nueve años de edad.
La investigación resalta la importancia de intervenir en la etapa más temprana posible de la vida de un niño. Foto Shutterstock. La investigación resalta la importancia de intervenir en la etapa más temprana posible de la vida de un niño. Foto Shutterstock.
La información recopilada se utilizó para otorgar a cada pareja madre-hijo una puntuación combinada de calidad de la dieta, y según el resultado fueron divididos en cinco grupos: pobre, pobre-medio, medio, medio-mejor y mejor.
Una problemática urgente Una de las conclusiones a las que el grupo de investigación arribó es que las madres que eran más jóvenes, habían obtenido menos calificaciones académicas, fumaban y tenían un índice de masa corporal (IMC) más alto antes del embarazo tendían a estar en un grupo de peor dieta con su hijo.
Luego, cuando sus hijos tenían entre ocho y nueve años, los investigadores evaluaron la cantidad de tejido graso en sus cuerpos mediante una exploración por absorciometría de rayos X de energía dual (DXA, por sus siglas en inglés). También calcularon el IMC del niño, ajustándolo para tener en cuenta su edad y sexo.
Los resultados mostraron que el hecho de que una pareja de madre e hijo estuviera en un grupo de menor calidad de la dieta, se asociaba a que ese niño a los ocho o nueve años tuviera un porcentaje de grasa corporal de DXA y un IMC más alto.
“La obesidad infantil es un problema importante y creciente que causa inconvenientes de salud duraderos que se extienden hasta la edad adulta. Esta investigación muestra la importancia de intervenir en la etapa más temprana posible de la vida de un niño, durante el embarazo o incluso antes de la concepción, para que podamos abordarlo ”, sugiere Crozier para finalizar.
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Lunes, 27 de diciembre de 2021
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