UNA PSICOCIRUGIA LO AYUDO
El TOC en primera persona: “Llegué a lavarme las manos 12 horas seguidas”
Marcelo mejoró su cuadro gracias a una novedosa intervención. Fue el primer caso de su tipo en el país.
El TOC en primera persona: “Llegué a lavarme las manos 12 horas seguidas” Marcelo Simeoni sufre un TOC y le hicieron una psicocirugía en el Hospital Italiano. Foto: Emmanuel Fernández.
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4 20/12/2021 6:01 Clarín.comBuena Vida Actualizado al 20/12/2021 10:10 “No me podía vestir solo, ni usar la PC para estudiar o trabajar. Ahora estoy haciendo mi vida solo”, celebra Marcelo Simeoni, el primer paciente con un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) en someterse a una innovadora psicocirugía en el país.
Su diagnóstico llegó a los 12 años. “Desde muy chiquito era fanático del estudio. No jugaba con mis amigos. Tenía una especie de obsesión con mis hermanos: en mi cabeza, los había tomado como un foco de contaminación”, relata.
Aquel preadolescente, oriundo de Comodoro Rivadavia, pasó un año en cama, con las cortinas cerradas. Y durante todo el secundario le agarraban crisis que le hacían perder los años de estudio por faltas.
Actualmente -a los 38- se dedica a hacer videojuegos y hasta logró trabajar en relación de dependencia. Algo impensado tiempo atrás -comenta- por la cantidad de veces que se lavaba las manos: llegó a hacerlo, sin parar, 12 horas de corrido.
italiano cirugia toc depresion neuroestimulador “Me suelo lavar con detergente porque si uso un jabón lo uso y lo tengo que tirar. Al punto que las manos se me secan tanto que cuando las cierro se me abre la piel y me sangra. A ese nivel”, dice Marcelo.
“Yo soy consciente de que no tengo nada en mis manos, pero en mi cabeza las manos están sucias”, explica cuando le preguntan los motivos.
Su trastorno lo llevó a vivir situaciones extremas. “Había alquilado un departamento y se me cruza un episodio en el cual asocio una idea al departamento y todo lo que había adentro. Y tuve que vender todo. Me tuve que mudar con lo puesto. Perdí todo”, comenta.
Implante del electrodo en el área del cerebro a tratar. Foto: Hospital Italiano de Buenos Aires. Implante del electrodo en el área del cerebro a tratar. Foto: Hospital Italiano de Buenos Aires.
Para Marcelo, la “ventaja” de tener una vida tan “escabrosa” es que cuando tocás fondo lo único que te toca es subir.
En ese “subir” influyó el servicio de Neurocirugía del Hospital Italiano de Buenos Aires. Hizo por primera vez en Argentina una Estimulación Cerebral Profunda (DBS por su sigla en inglés) en un paciente con TOC (Marcelo) y en uno con depresión mayor (cuya identidad no trascendió).
Cómo es la psicocirugía Consiste en la implantación de electrodos en áreas profundas del cerebro que se encuentran alteradas, con el fin de modular su actividad neuronal a través de los pulsos eléctricos que emite un neuroestimulador.
De esta manera, se restaura la función de los circuitos cerebrales en cuestión, contribuyendo a la disminución de síntomas en los pacientes.
Planificación de la cirugía. Foto: Hospital Italiano de Buenos Aires. Planificación de la cirugía. Foto: Hospital Italiano de Buenos Aires.
Comienza con una planificación computarizada de imágenes (tomografías, resonancias, etc.) para establecer la ubicación exacta del cerebro en donde se situarán los electrodos.
Luego, son implantados a través de una técnica mínimamente invasiva llamada estereotaxia, que utiliza un sistema de coordenadas tridimensional para ubicar electrodos dentro de las áreas cerebrales seleccionadas para modular funciones alteradas.
Estos electrodos se conectarán con un generador eléctrico denominado neuroestimulador a través de cables que van por debajo de la piel, procurando la estética personal.
Marcelo Simeoni llegó a lavarse las manos 12 horas seguidas. Foto: Emmanuel Fernández. Marcelo Simeoni llegó a lavarse las manos 12 horas seguidas. Foto: Emmanuel Fernández.
Este neuroestimulador se implanta debajo de la clavícula o en el abdomen del paciente, y los impulsos eléctricos que emite se irán controlando y ajustando según cada caso particular mediante bluetooth.
Para quienes realizan la intervención, un beneficio es que suelen disminuir las dosis de medicación en los pacientes y la proyección de su evolución es alentadora: gracias a la neuroplasticidad, los cuadros continúan mejorando con el paso del tiempo.
Dos casos de éxito La operación de Marcelo fue en agosto del 2020. Pero desde el Italiano decidieron difundirlo ahora, cuando la evidencia cumplió las expectativas de los médicos y el paciente.
Verificación del posicionamiento correcto del electrodo intracerebral. Foto: Hospital Italiano de Buenos Aires. Verificación del posicionamiento correcto del electrodo intracerebral. Foto: Hospital Italiano de Buenos Aires.
“Estoy infinitamente conforme con el resultado”, dice Marcelo. “He podido resumir el trámite de lavar las manos a una especie de spray”, completa a modo de ejemplo.
Según sus médicos, luego de la cirugía, presentó una mejoría en su cuadro de conductas compulsivas. Esto le permitió valerse por sí mismo nuevamente: volvió a vivir solo, reinició su actividad laboral, logró viajar en transporte público y visitar a familiares en otras provincias, entre otros importantes logros que atañen a su calidad de vida.
El otro paciente al que se le practicó la DBS tiene 45 años. Presentaba un diagnóstico de trastorno bipolar y un cuadro depresivo mayor con ideación suicida sin respuesta favorable al tratamiento de psicoterapia y medicación.
Comienzo del procedimiento. Foto: Hospital Italiano de Buenos Aires. Comienzo del procedimiento. Foto: Hospital Italiano de Buenos Aires.
En la etapa postquirúrgica, este paciente mejoró su ritmo de sueño, dejó de tener ideación negativa recurrente y pudo volver a salir de su casa. Todos parámetros que significaron un salto cualitativo en su día a día.
Quiénes pueden operarse A través de la DBS, el hospital porteño ya venía tratando múltiples patologías como epilepsia, dolor refractario (migraña, dolor de espalda fallida, Sudeck) y movimientos anormales (Parkinson, espasticidad y distonía).
“A nivel mundial, hace más de 30 años que se hace esto. Pero en lo que refiere a la parte psiquiátrica, en los últimos años ha tenido un desarrollo grande”, cuenta Carlos Ciraolo, jefe de la sección de Neurocirugía Funcional.
“Las patologías que se pueden abordar con esta técnica son muchas, pero fundamentalmente las más claras, que tienen una respuesta buena, son el TOC, la depresión mayor y los cuadros de compulsión como puede ser la anorexia o ludopatía”, continúa el doctor.
Electrodo cerebral. Foto: Hospital Italiano de Buenos Aires. Electrodo cerebral. Foto: Hospital Italiano de Buenos Aires.
La DBS no se había realizado antes en el país en casos de TOCs, por lo que esta experiencia del Hospital Italiano es la primera a nivel nacional. Lo mismo sucede con la psicocirugía en depresión mayor, ya que sólo existen reportes de un centro de Mendoza que practicó una intervención similar pero sin publicaciones encontradas.
“No todos los pacientes con depresión son quirúrgicos, sino los que son refractarios (no responden) a muchos tratamientos”, explica Ciraolo. Y remarca que no logran una curación total, sino una importante mejoría en su calidad de vida.
Para la próxima semana tienen agendada una intervención en un caso de trastorno de la agresividad severa. Es una persona que prácticamente vive enrejada, porque es muy difícil de contener. Además, hay varias cirugías programadas para el año que comienza.
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Martes, 21 de diciembre de 2021
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