El cadáver fue encontrado por un tío que desde el momento del naufragio de la embarcación se sumó a la búsqueda. Solicitaron la realización de la autopsia, mientras que Prefectura continuará con la investigación del caso.

Tras poco más de 30 horas de intensa búsqueda, finalmente fue un tío quien halló ayer a la siesta, el cuerpo sin vida de Darío Carrillo, el joven que desapareció de la superficie del río Paraná, luego de que la piragua en la que navegaba junto a dos amigos, diera vuelta campana en cercanías de la Isla Palometa, confirmaron ayer fuentes policiales y de la Prefectura Naval Argentina.

Según los datos a los que tuvo acceso época, el cuerpo de la infortunada víctima se encontraba a muy pocos metros de donde sus amigos lo habían visto desaparecer, la madrugada del martes, cuando la embarcación, al parecer sobre cargada, sucumbió a muy pocos metros de llegar a la Isla.

El incidente se registró pasadas las 2:40 de la madrugada, luego de que un hombre de apellido Gutiérrez, hermano de uno de los sobrevivientes de apellido Alcaraz, recibió la llamada de su pariente alertándolo de que estaba prendido a un árbol, junto con otro amigo de apellido Gauna y que un tercero, se había ahogado.

Luego de que se llamara a la Policía y a la Prefectura Naval, se iniciaron las tareas de rastrillajes, entorpecida por la oscuridad de la madrugada, por el horario en el que sucedió la tragedia. A la búsqueda y rescate de Carrillo, se unieron varias embarcaciones de amigos malloneros y familiares de Darío, el chico de 19 años que faltaba del grupo.

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LA FAMILIA SIGUIÓ LA BÚSQUEDA DESDE EL PRIMER MOMENTO.
Esta siesta, luego de más de 30 horas continuas de búsqueda, fue un tío el que finalmente dio con el cadáver, que fue retirado del agua y llevado a la costa por personal de Prefectura. De allí, el fiscal en turno ordenó que el cuerpo sea trasladado al Instituto Médico Forense, en el que se le practicaría la autopsia médico legal. Sobre todo, para constatar o descartar, todo tipo de sospechas que desde ayer sobrevolaban en torno a cómo sucedieron los hechos la madrugada del martes.

Cabe recordar que en este sentido, la familia de la víctima ponía un manto de sospecha a los dichos de los amigos de Carrillo y aseguraba que había contradicciones e incoherencias en sus testimonios. Aseguran que el chico fallecido sabía nadar perfectamente. Además, que nunca salía a pescar de madrugada y, lo más llamativo es que el celular de Darío, pese a que se suponía que había caído al río, seguía aceptando llamadas lo que indicaría que no se mojó y por ende, no se apagó. La investigación la lleva a cabo PNA por orden judicial.

Jueves, 9 de diciembre de 2021