Alberto Fernández dio dos mensajes ayer tras conocerse el resultado electoral. El primero fue netamente institucional y presidencial desde la residencia de Olivos. El discurso había sido grabado previamente y tenía un objetivo clave: sentar las bases de lo que será la primera etapa de los dos años de gobierno que tiene por delante.

Allí hizo una convocatoria al diálogo a la oposición, algo que el propio Alberto F. ya había adelantado y, mucho más importante aun, anunció el envío al Congreso del programa de metas plurianuales que se discuten con el FMI para llegar a un acuerdo y un plan económico que tiene sus bases en 10 puntos de coincidencias. El Congreso deberá debatir todo ese paquete de medidas y dar el acuerdo político.

Alberto Fernández.
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Es lo que el Gobierno había decidido al votar hace más de un año la ley que obliga al Parlamento a revisar los acuerdos con el Fondo. El objetivo, de todas formas, es más ambicioso: lograr que el diálogo con la oposición se plasme en un debate parlamentario que les dé sustentabilidad a difíciles decisiones económicas que vendrán. Del mensaje formal, Alberto Fernández pasó a otro más partidaria (y podría decirse festivo) en el escenario del búnker del Frente de Todos.

Allí se digirió una de las malas noticias que tuvo ayer el FdT como es perder el quorum propio en el Senado y se festejó haber acortado de forma importante la diferencia en la Provincia de Buenos Aires. Hoy el país continuará su vida; el Gobierno debe hacerse cargo de equilibrar el dólar, apurar un acuerdo con el FMI y, sobre todo, mejorar las condiciones de vida de millones de argentinos. Es, en síntesis, lo que pidieron ayer las urnas.

Lunes, 15 de noviembre de 2021