EXTRAÑO
La aldea donde solo nacieron mujeres durante 10 años
Miejsce Odrzańskie, un pueblo de menos de 300 habitantes, las autoridades llegaron a ofrecer recompensas a quienes fueran capaces de engendrar un varón
bicada en el extremo sur de Polonia, cerca del límite con República Checa y Eslovaquia, Miejsce Odrzańskie despertó hace dos años la atención de los medios del mundo por una anomalía. En esa diminuta aldea rural solo nacieron niñas durante una década. La situación llevó a las autoridades a prometer recompensas insólitas para la persona que lograra gestar un varón.
Una superficie total de 5,6 kilómetros cuadrados, una única calle, 96 casas y menos de 280 habitantes, un 22% de los 1200 que supo tener antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Esas son algunas de las cifras actuales de Miejsce Odrzańskie, un pequeñísimo poblado rural de Polonia, a 350 kilómetros de Varsovia.
A mediados de 2019, un hecho fortuito puso de manifiesto lo que ocurría en la aldea rural. Para una competencia regional de jóvenes bomberos voluntarios, Miejsce Odrzańskie envió un equipo íntegramente conformado por niñas adolescentes.
Padre de dos hijas y director de la brigada de bomberos de Miejsce Odrzańskie, Tomasz Golasz explicó que desde hacía una década solo habían nacido niñas. Fue entonces que dicha particularidad atrajo la atención de The New York Times y distintas cadenas de televisión de todo el mundo.
“Algunos científicos han expresado interés en analizar por qué acá solo han nacido mujeres. También me llaman médicos de todo el país para darme consejos sobre la forma de procrear un niño”, había comentado Rajmund Frischko, el principal funcionario de Cisek, distrito al que pertenece Miejsce Odrzańskie, a la prensa.
Pese a que es sabido que uno de los cromosomas del espermatozoide es el que determina el sexo del bebé, Frischko comentó que un doctor jubilado del centro de Polonia lo llamó y le aseguró que el sexo del bebé depende de la dieta de la mujer y que con una alimentación rica en calcio podrían tener un varón. Más lejos aún de la ciencia y más cerca de la superstición, otros optaron por sugerir una vieja tradición que asegura que para que una pareja tenga engendre a un niño se debe guardar un hacha debajo de la cama de los padres.
A partir de la década de 2010, 12 nacimientos tuvieron lugar en Miejsce Odrzańskie: Wiktoria, Martyna, Aleksandra, Lena, Julia, Karolina, Lilianna, Sandra, Zuzanna, Natalia, Amelia y Maja. Doce niñas y ningún niño. Sí, todas mujeres.
Sin entender qué era lo que sucedía dentro de esa comunidad agrícola de una de las provincias más pequeñas y menos pobladas de Polonia, las autoridades municipales idearon una “recompensa” para aquella pareja que lograse engendrar un varón.
“Se ha hablado tanto de nosotros en los medios que por un instante consideré ponerle a la calle principal el nombre del próximo niño que nazca aquí. En definitiva, le haremos un muy buen regalo. Además, plantaremos un roble y lo llamaremos como él”, había enumerado Frischko en 2019 en declaraciones recogidas por el periódico neoyorquino que denominaba lo que ocurría al pueblo era una “extraña anomalía demográfica”.
Pero más allá de las promesas de las autoridades locales o de las creencias y tradiciones más arraigadas, existen diversos motivos por los que una sucesión de nacimientos sin varones puede tener lugar. Y desde la ciencia puede haber no solo uno, sino varios factores que inciden en esta característica.
Edgardo Salvatierra es doctor en Genética, docente de Genética Molecular en el Hospital Italiano y forma parte del laboratorio Zoigen. En diálogo con LA NACION, el especialista explica que en una población tan pequeña como la Miejsce Odrzańskie el fenómeno puede ocurrir. “La probabilidad teórica de que un bebé sea una nena es del 50%. Con 12 nacimientos en 10 años la probabilidad de que esto ocurra es del 0,02%, bastante baja, pero, a la vez, no es algo que sea tan raro. Teniendo en cuenta que son muy pocas parejas, desde el punto de vista de la estadística, puede pasar”, opina.
Consultado sobre qué puede provocar la exclusividad de los nacimientos de niñas, Salvatierra sostiene que puede deberse a una multiplicidad de causas. “La generación del espermatozoide, que puede ser X o Y es algo aleatorio. Sin embargo, puede ser que los pocos varones de esta población tengan una propensión a generar espermatozoides X y de ahí que se procreen solo niñas. Esto puede deberse a que en comunidades con este tipo de conformación reducida y estable suele haber relaciones de consanguinidad entre las personas del pueblo y la carga genética ‘defectuosa’ se transmite de generación en generación”, añade.
Asimismo, Salvatierra explica que la propensión también puede estar dada por la mujer que concibe. “También existen casos en los que los óvulos de las mujeres, que son todos X, tienen alguna condición que se hereda ligada al sexo que, en este caso puntual, podría hacer que solo sean viables los embriones cuya carga genética sea XX. Debido esa condición defectuosa de los óvulos, si fuera fecundado por un espermatozoide Y no prosperaría”, concluye.
Una vez que recibió el alta, la familia se retiró a su hogar. Cuando le preguntaron cómo reaccionaría a las demandas de la prensa internacional por la llegada del pequeño Bartek, Anna fue contundente. “Lo tomaré con una sonrisa. Me alegra saber que él tendrá esta anécdota para el resto de su vida”, sostuvo.
De acuerdo con la prensa local, desde el nacimiento de Bartek, en plena pandemia de coronavirus, a esta parte, hubo otros dos embarazos en la comunidad. Una pareja esperaba otra niña y una mujer que estaba gestando un varón. Esta última, para desánimo de los pobladores y las autoridades de Miejsce Odrzańskie, se mudó afuera de la aldea.
Jueves, 30 de septiembre de 2021
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