CORONAVIRUS EN ARGENTINA
Ecos de la pandemia por COVID-19: por qué Rosario se está quedando sin taxis
Crece el movimiento nocturno por las flexibilizaciones y la reactivación, pero una flota golpeada por la crisis que dejó el macrismo y un año y medio de restricciones no llega a cubrir la demanda.
Con cifras por debajo de 100 casos diarios y solo un 4 por ciento de camas de terapia ocupadas por COVID-19, la ciudad santafesina de Rosario está viviendo un renacer económico. La mayoría de los rubros que estuvieron frenados por la cuarentena estricta, hoy están en plena reactivación y movilizan a miles de personas, generando que la demanda del servicio de taxis se haya incrementado notablemente, en especial de noche, con la flexibilización de las medidas en actividades recreativas, culturales y gastronómicas y un aliento estatal al movimiento en el centro cuando cae el sol, no solo para ayudar a la recuperación del comercio sino para reforzar la seguridad en una zona que quedaba abandonada a esas horas.
Pero como efecto colateral de la pandemia, la ciudad se quedó sin coches en días y horarios clave, principalmente el nocturno. Conseguir un taxi los fines de semana es prácticamente imposible, porque la flota no da abasto y es común ver las esquinas llenas de usuarios varados, incluso en los corredores gastronómicos, que no encuentran forma de volver a casa, más aún ahora que rige la ordenanza que estipula que no puede beberse alcohol al volante (antes el límite era 0,5 g/l) y la inseguridad es un grave problema urbano. Los taxis son pocos, y se ocupan rápido, y en la ciudad no existe la posibilidad de tomar un Uber, ya que el municipio combatió su desembarco declarándola ilegal y hasta secuestró vehículos que llevaban pasajeros para la app.
En muchos casos esto se debe a que durante la cuarentena se había suspendido la contratación de choferes para turno noche, y según los propietarios de las chapas, también con alguna dificultad incluso para conseguir nuevos ahora que se retomó el movimiento cuando cae el sol. Las cámaras del sector reconocieron que el servicio nocturno fue el primero en resentirse producto de la crisis económica y la inseguridad, pero ahora también hay problemas para conseguir taxis durante el día: de los 6 mil choferes que deberían estar trabajando en la actualidad, hay menos de 3 mil al volante.
Martes, 21 de septiembre de 2021
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