Una vieja teoría dice que tanto hombres como mujeres manifiestan sus cambios internos a través del cabello: si la modificación por dentro es grande similar suerte correrá la imagen exterior.

Si el fraserío es cierto, Ernestina Pais debe estar atravesando una gigantesca revolución interior.

Más que "ir a la peluquería", la periodista "se internó" allí y se "hizo todo". Todo lo que estaba al alcance de la mano del peluquero, a quien ella presentó como Cristian Rey. El artista de la tijera lleva ese apellido pero la "coronita" la tuvo ella, que salió hecha una princesa.

No caben dudas: Ernestina, que la pasó muy mal con su restaurante durante la cuarentena, quedó muy diferente a cuando llegó al local. Ella misma habló de la necesidad de encarar un "cambio absoluto" porque "está medio destruido mi pelo, le pasó todo lo que le podía pasar. Necesito hacerme algo sí o sí, así que me aventuré".

"Si esto sale bien, le hago un monumento en la Plaza de Mayo a este hombre" bromeó Ernestina, siempre histriónica. Pues entonces que vaya juntando el material para la estatua: le quedó divino, y ahora no sólo luce renovada. También parece más joven. Más bonita, dice la muchachada, medio difícil porque ella ya viene muy linda de fábrica.

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