NUTRICION
Carbohidratos y "carbograsas": cómo diferenciarlos para hacer mejores elecciones
El verano es la temporada alta de las dietas, como si cuidar el peso fuera un objetivo estacional con un fin meramente estético, en lugar de pensar la alimentación saludable como un hábito sostenible en el tiempo en pos de una mayor salud.
Y dado que hay poco tiempo para lograr el propósito (bajar de peso rápido), muchas personas recurren a dietas extremas, entre las que se encuentran las que restringen o eliminan grupos enteros de nutrientes, con los hidratos de carbono o carbohidratos a la cabeza.
La creencia de que los carbohidratos son perjudiciales surgió a fines de la década del ‘60 y principios de los ’70. Las teorías en las que se sustentaba instalaron el mito de que los hidratos se convierten en grasa, por lo que hubo quienes sugerían evitarlos.
Según la licenciada en nutrición Maia Glejzer, para hacer una buena elección alimentaria hay que aprender a diferenciar entre carbohidratos simples y complejos y entender el efecto de su combinación con las grasas.
"Los hidratos de carbono tienen diversas clasificaciones y es importante aprender no sólo a clasificarlos sino también a combinarlos adecuadamente, siempre respetando las porciones adecuadas al requerimiento diario de cada individuo", dice Glejzer, quien es docente de la Universidad ISALUD.
"Por un lado -explicó- tenemos los complejos que son aquellos alimentos que tienen las papas, legumbres, cereales y batata, por ejemplo. En cambio, los simples son aquellos contenidos en las bebidas azucaradas, golosinas, galletitas con nutrientes de rápida absorción, por eso los denominamos simples". Los alimentos mencionados en el segundo grupo "no deberían formar parte de la alimentación diaria", según las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA), que los incluye dentro de aquellos de consumo opcional, porque su consumo en exceso daña la salud, aumentando el riesgo de padecer sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión, entre otras enfermedades.
Según la nutricionista, se suele asociar los carbohidratos a las harinas únicamente. "Mientras que el hidrato es un nutriente amplio y necesario para nuestro cuerpo y para la obtención de energía, presente también en frutas y verduras, pero siempre los alimentos más demonizados son las harinas, las papas y el pan", afirmó.
"Muchas veces, los deportistas suelen concentrarse en el consumo de proteínas, menospreciando la ingesta de hidratos de carbono, sin saber que estos son los que les darán mayor rendimiento y la energía apropiada", ejemplificó Glejzer y añadió: "El peligro empieza cuando el cuerpo comienza a utilizar las proteínas para obtener energía, comenzando complejos metabolismos no adecuados y con posibles complicaciones a futuro".
"Carbograsas": en la combinación está la cuestión Según Glejzer, "no es lo mismo pensar en un hidrato de carbono en sí, que cuando este está acompañado de grasas en igual o mayor proporción, por eso no hay que demonizar aquellos alimentos como la papa o batata, cuando en realidad lo que tenemos que ver es qué otro nutriente acompaña a dicho alimento".
En ese sentido, la nutricionista considera clave distinguir entre hidratos de carbono y "carbograsas", un concepto no técnico, pero que se utiliza para hablar de manera informal de la combinación entre carbohidratos y grasas.
Diferenciarlos es crucial "para aprender a controlar porciones de los últimos, porque generan un aumento de peso si se consumen en exceso. La calidad y la combinación es clave para que nuestro plan de alimentación sea variado y que no nos falte energía para nuestro cerebro y órganos principales", sostuvo.
Y precisó: "El problema principal de los hidratos es su procesamiento y su combinación con grasas en panificados, como por ejemplo las facturas, tortas, budines o galletitas. Ahí es donde debemos estar alertas y prestar atención a lo que consumimos para moderar nuestra porción según nuestros requerimientos individuales, siempre con el objetivo de evitar generar riesgos en la salud".
Alimentos ultraprocesados. Foto Shutterstock.© clarin.com Alimentos ultraprocesados. Foto Shutterstock. Entre los productos procesados y ultraprocesados desalentados para el consumo diario, las GAPA, elaboradas por el Ministerio de Salud incluyen galletitas dulces, saladas, amasados de pastelerías (pastelitos fritos, churros, medialunas, bizcochos de grasa, facturas, otros), golosinas, bebidas azucaradas como gaseosas, aguas saborizadas, jugos industrializados y jugos en polvo (para diluir), productos de copetín (maní salado, palitos salados, papas, mandioca y/o batatas fritas, chizitos, otros), embutidos y chacinados (salchichas, chorizo, morcilla, otros), fiambres, achuras, carnes procesadas (preformados de carne o pollo, hamburguesas, bastones de pescados, otros), helados, manteca, margarina, dulce de leche, mermeladas (industrializadas), aderezos tales como mayonesa, ketchup, mostaza, salsa golf, salsa de soja, entre otros. Son productos que presentan excesivas cantidades de grasas, azúcares y/o sal, además de conservantes, aditivos, colorantes.
Lunes, 14 de diciembre de 2020
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