VIAJE DE 12 MIL KILÓMETROS
Las golondrinas de Capistrano llegan a Goya
Uno de los misterios más antiguos e insondables de nuestra historia es el viaje migratorio que hacen las golondrinas desde Goya, Corrientes, hasta San Juan de Capistrano, en California, EE.UU. y viceversa.
¿Cómo puede un frágil pájaro, dotado de un cerebro diminuto, encontrar dos veces al año, el mismo camino que le permite realizar un largo viaje de 15 mil kilómetros?
Viaje de 12 mil kilómetros
Todos los años las golondrinas viajan miles de kilómetros buscando el calor de la primavera y un lugar donde anidar. Este fenómeno se repite uniendo diferentes lugares del planeta, como San Juan de Capistrano en Estados Unidos y la ciudad Goya, en Argentina.
En la ciudad de Goya, se las espera el 24 de Noviembre con una serie de festividades en su honor, junto al “Monumento de las Golondrinas”, ubicado en Plaza San Martín, lugar preferido por estas avecillas para anidar. Este año por motivos que son de público conocimientos, no se podrá realizar.
También lo hacen en el campanario de la Iglesia Catedral “Nuestra Señora del Rosario”, en Plaza Italia y en Isla Las Damas que se encuentra frente a la Costanera de Goya.
Las golondrinas provenientes de San Juan de Capistrano, hicieron que los respectivos Jefes Comunales firmaran una declaración donde ambos municipios se constituían en ciudades hermanas.
Al finalizar el verano en el hemisferio Sur, migran nuevamente hacia el hemisferio Norte, donde una multitud las espera para agasajarlas en la Misión de San Juan de Capistrano (California, EE.UU.).
Casi todas buscan la compañía del hombre conviviendo con él en las grandes ciudades y poblados. Vuelan exclusivamente de día y pueden desarrollar velocidades de hasta ciento veinte kilómetros por hora.
Generalmente vuelan siempre al lugar que han hecho el nido en la temporada anterior, por lo menos un componente de la pareja.
Las hembras cuidan los huevos durante la incubación que dura entre 12 a 17 días, y pone de 4 a 6 huevos color blanco con puntos grises y marrones.
Se alimentan de diferentes tipos de insectos, con la única excepción de aquellos que poseen aguijones venenosos. Necesitan comer mucho, inclusive cuando vuelan. A fines de febrero vuelan hacia el norte, junto a sus pichones ya listos para alimentarse solos.
Origen de la migración
Por siglos, el origen de la migración era desconocido en Capistrano y en Goya, como si decir que el aeropuerto era desconocido, hasta que en el actual siglo el origen de la migración podía ser determinado exactamente: Goya, Corrientes, la Argentina.
Se estudiaron sus vuelos y rutas y se tiene la certeza que realizan un vuelo fantástico de 12.000 kilómetros (7.500 millas) a Capistrano, y completan los 24.000 km. con un vuelo de vuelta, casi un vuelo completo alrededor de la Tierra.
Debajo de los arcos romanos de los pasillos del monasterio franciscano de Capistrano, que tiene más de tres siglos de existencia, y plagadas de fechas históricas de la conquista española.
Las golondrinas dejan Goya en el décimo octavo día de febrero, en el amanecer, en bandadas sucesivas, y llegan todas juntas a San Juan de Capistrano en el diecinueveavo día de marcha, llevando exactamente treinta días los 12.000 km de la cubierta.
Durante el vuelo, es decir, durante los treinta días que el viaje dura, ellas no comen ni beben, puesto que vuelan desde el amanecer a la puesta del sol para no perder tiempo. Vuelan en una altitud de más de 2 km de la superficie terrestre (6.600 pies) para aprovecharse de las corrientes rápidas y favorables (vientos de la cola) y, además, porque en esa altitud evitan encontrarse con otros pájaros.
Su plan de vuelo dura quince horas diarias, en tramos de 450 km, con una velocidad de 30 km (18 millas) por hora, aprovechándose siempre de los vientos.
El vuelo que comienza en Goya sigue por los valles de los ríos Paraná y Paraguay, hasta alcanzar el lago Mirin (entre el límite de Brasil y Bolivia), siguiendo las corrientes dinámicas que producen las masas grandes del aire del Sur que se mueven hacia el Ecuador.
Después de Mirin, de sus cambios de la ruta al Oeste, en busca de los valles de los Andes y, una última travesía más, el Ecuador, van a una altitud más alta del vuelo para aprovecharse de las corrientes dinámicas que producen las masas grandes del aire que se mueven hacia el Polo Norte. No cruzan los Andes hasta que han alcanzado el Golfo de México, y por el Yucatán buscan el Oeste y el Pacífico, para volar a lo largo de la orilla de Baja California y entrar en el valle de la orilla próximo a San Juan de Capistrano, su destino final.-
Martes, 24 de noviembre de 2020
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