OBISPO DE GOYA
Tengamos una confianza que nos vuelva mas audaces, sabiendo que estamos en las manos providentes de dios
El Obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecin, parafraseando al Papa Francisco que tituló a la nueva encíclica, el obispo comenzó su homilía diciendo “Hermanos todos” y remarco la doble significación de esta fiesta “caros a nuestros afectos, profundamente arraigados en el corazón de cada goyano” por un lado “el aniversario de elevación al rango de ciudad de Goya y, coincide con la fiesta en honor a la patrona, la Santísima Virgen María del Rosario”.
“TENGAMOS UNA CONFIANZA QUE NOS VUELVA MÁS AUDACES, SABIENDO QUE ESTAMOS EN LAS MANOS PROVIDENTES DE DIOS” Monseñor Adolfo Canecin invito a todos los presentes y a los que de manera virtual celebraron esta liturgia, a poner “la Mirada en María”
“La imagen de la Virgen del Rosario, como primera pobladora quizás de estas tierras estuvo desde el principio y estuvo acompañando la gestación de lo que hoy es la ciudad de Goya” y remarco que “paso mucho tiempo y la Virgen María es testigo de todo lo que hemos vivido desde el inicio como pueblo” y en relación al aniversario de la ciudad propuso una “triple mirada que implica triple actitud” una de ellas “mirar nuestras raíces, nunca olvidarnos de nuestras raíces” porque “un pueblo que olvida sus raíces anda a la deriva” porque “nuestro modo actual de ser, nuestro ´Ñande recó´ (en guarani este modo de ser nuestro) tiene que ver con las raíces y con la historia. De esta mirada retrospectiva que brote la virtud de hacer una memoria profundamente agradecida, ser memoriosos, pero, para agradecer”.
“Una mirada al presente que nos tiene que llevar a la actitud de apasionarnos, entusiasmarnos y alegrarnos, porque hoy esta en nuestras manos, seguir empujando la historia hacia adelante para entregar a otros un poquito mejor” resalto y remarco que “siempre hay que dejar las cosas, mejor que cuando uno encontró cuando uno llego” asevero.
Monseñor Adolfo Canecin invito a todos los presentes y a los que de manera virtual celebraron esta liturgia, a poner “la Mirada en María”, en una triple actitud con una “mirada al pasado, al presente apasionadamente en el aquí y ahora y, en el futuro con esperanza, como ella supo hacerlo, desde aquel anuncio, ante estos desafíos inéditos, generar respuestas inéditas, como en este tiempo que estamos transitando.”
“Necesitamos mucha pasión, mucha parresia, mucha audacia en el presente” instó el obispo.
Y en tercer lugar “una mirada hacia el futuro, no para escapar de la realidad ni yendo al pasado, seria evasión, Mirar al futuro y proyectarnos, pero no solos, sino juntos y sueño profundamente confiado, con confianza aunque el presente y el futuro se presente un poco incierto, confiamos porque, sabemos que estamos en las manos de ´Ñande Yara´(en guarani nuestro Dios), en las manos de nuestro Padre y a Dios no se les escapo la historia de las manos. Hoy nuevamente el Hijo de Dios, Jesus nos dice ´yo estaré siempre con ustedes´ todos los días hasta que se acabe este mundo” y eso nos lleva también a “exclamar nosotros ´si Dios esta con nosotros, quien estará contra nuestra´ por eso, los invito a tener una actitud de confianza”.
“Tengamos una confianza que nos vuelva más audaces, más corajudos, más entregados pero sabiendo que estamos en las manos providentes de Dios” resaltó.
Destaco el lema de la fiesta patronal “María, Madre del Pueblo. Esperanza nuestra”, por eso “vivamos con alegría y gozo esta celebración” y, anunció la apertura del año jubilar diocesano por los 60 años de la creación de la Diócesis de Goya.
“María nos habla de la esperanza” y pregunto “¿Dónde estaba anclada la esperanza de Maria? Y, respondió “la esperanza de María estaba en la presencia de Dios. Este Dios que es familia, amor y trinidad y de ´tal palo de este Dios somos tal astilla. Somos su comunidad´ citando y parafraseando al recientemente fallecido padre Julian Zini.
“Para Dios nada es imposible, para Dios todo es posible. Este Dios que es amor y porque es amor lo que sabe hacer es amar. En Dios mirar es amar” por eso invito “aprender a mirar como Dios mira, aprender a amar, Dios que por amor se hizo hombre en Jesús y, hecho hombre se hizo el ultimo, este Dios que por amor entrego la vida para redimirnos del pecado y de la muerte” y en la esperanza de María tiene “que estar anclada la esperanza de cada uno de nosotros. La esperanza no desfrauda, porque el amor de Dios ha sido derramada en nuestros corazones por el Espíritu Santo”.
“La esperanza de María es modelo para cada uno de nosotros, porque Ella fue testigo de esperanza, porque tuvo la experiencia de que Dios no la defraudó, tuvo tempestades, tuvo pandemias ella también y situaciones difíciles, problemas gravísimos y todo pudo superar porque ella miraba a aquel que no desfrauda”.
En una parte de su predicación el Obispo destacó la Encíclica, del Papa Francisco, “Fratelli Tutti” e instó a: “Ser hermano de cada ser humano. Cuidadores de nuestra casa común de nuestro planeta. dejar en mejores condiciones para los que vienen.
“Mirando el pasado, viviendo apasionadamente el aquí y ahora con esperanza y cuidándonos mirar y esperar el futuro”, argumento en la parte final de su predicación monseñor Adolfo Canecin.-
Viernes, 9 de octubre de 2020
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