LUIS CÁMERA
No creo que la vacuna llegue antes del 2021
El médico correntino, asesor del Ministerio de Salud de la Nación, dialogó con época y analizó la situación de Corrientes y Chaco con foco en las fronteras y las estructuras sanitarias. A la vez, aseguró que el ritmo de la pandemia lo marca la ocupación de camas.
Por Alejandro Duete de DIario Epoca.
Luis Alberto Cámera nació en Santa Lucía el 26 de noviembre de 1953, localidad ubicada a 200 kilómetros de la ciudad de Corrientes, y desde pequeño, cerca de la Navidad de 1958, emigró hacia Buenos Aires. Recuerda que salió en barco desde el puerto flotante de Lavalle en un viaje que duró aproximadamente un día y medio. Toda la Primaria y Secundaria la hizo en Buenos Aires. Incluso, cursó sus estudios superiores en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en la que se recibió de médico. Una vez asentado en la capital, regresaba en las vacaciones a su pueblo natal para pasear por el campo, pescar y cazar palomas. La mayoría de sus familiares quedaron allí. Actualmente su primo, José Sananez, es intendente de la localidad. Una vez que fallecieron sus tíos dejó de frecuentar la provincia. Aunque todavía tiene presente los viajes en micro desde la zona de Once (barrio de Balvanera) hacia Reconquista (Nordeste de Santa Fe) para luego tomar una balsa y cruzar al puerto de Goya. Cámera se desempeña en la actualidad como miembro del Comité Asesor para Coronavirus del Ministerio de Salud Pública de la Nación para el Presidente. Y es uno de los especialistas más activos en los medios de comunicación para difundir y explicar temas relacionados a la pandemia. También secretario de la Sociedad Argentina de Medicina (SAM), y miembro fundador de la Sociedad Argentina de Medicina Vascular. Su carrera profesional fue desarrollada en el Hospital Italiano de Buenos Aires donde creó el programa de Medicina Geriátrica que atiende a más de 60 mil personas. En una entrevista con diario época, analizó el contexto epidemiológico nacional y del Nordeste. A su vez habló sobre la una posible cura para el COVID-19 y llamó a la responsabilidad individual y social para que la pandemia impacte lo menos posible. “Si yo me cuido también estoy cuidando a mis familiares y amigos”, subrayó.
Teniendo en cuenta el alto número de diagnósticos diarios ¿Cómo cree que avanzará la situación epidemiológica? En el interior del país se presentan brotes en distintas provincias y dependen de lo que ocurra en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Gran parte del virus sale de este territorio y están recontaminando a otros distritos. El destino dependerá mucho del control que se realice sobre toda la población que viaje a Buenos Aires. En el AMBA estamos viviendo una cuesta alta en la curva de contagios que probablemente llegue a su máxima expresión en dos o tres semanas, sobre todo en el Conurbano bonaerense. Al hacer más testeos en los últimos días hay más casos y si hiciéramos todavía más pruebas, los diagnósticos aumentarán. Sin embargo, lo que más determina el ritmo de la pandemia es la ocupación de camas. Ese es el dato más concreto y real.
¿Y cuál es el contexto ahora? La Ciudad Autónoma de Buenos Aires todavía está bien, pero en la provincia hay dos o tres áreas calientes. Similares dificultades se presentan en provincias como Jujuy y Río Gallegos (Santa Cruz). Si el virus entra a una localidad chica, que tiene poca estructura sanitaria, las cosas se complican. Además, lo ideal es trasladar la menor cantidad de pacientes.
¿Cómo ve a Corrientes? Sé que están bien pero tuvieron un brote importante en la frontera de Paso de Los Libres-Uruguaiana. Una situación lógica si se tiene en cuenta la circulación de camiones. Hay que considerar la conducta de los transportistas brasileños que es más displicente por el contexto que se vive en el país. Ellos no tienen drama en que circule el virus. Quieren trabajar a toda costa, mover mercadería y les interesa poco la transmisión. También se debe tener extremo cuidado en la frontera de Santo Tomé-Sao Borja, en la ciudad brasileña existen cerca de 200 casos positivos. Siempre algún que otro caso estará relacionado a gente que se moviliza a Buenos Aires. La posibilidad que regresen con el microorganismo es bastante alto.
¿Qué pasó en Chaco para que crezca exponencialmente el número de contagios? Una combinación de factores. Por un lado, existe mucha población vulnerable dentro de las comunidades originarias. Cuentan con estructuras sociosanitarias muy débiles. Muchas personas suelen compartir un baño y eso genera un foco. A ello se puede sumar que los hospitales no estaban preparados de forma suficiente para soportar la afluencia de pacientes. La provincia recibió ayuda del Estado. De esta forma se logró coordinar acciones y se intensificó el trabajo sobre las poblaciones en riesgo. Y si bien no se pudo eliminar el foco, se frenó la expansión que se preveía para esta fecha. Ahora, se encuentra estable. La estructura sociosanitaria de casi todos los países de América es muy mala. También la nuestra. Creíamos que estábamos en París (Francia) y la pandemia nos demostró que no es así.
¿Esta pesadilla del uso constante del tapabocas y el distanciamiento social terminará cuando llegue la vacuna? Se va terminar el día que el virus desaparezca de forma importante. Por ahora no reduce su capacidad infectante, ni su producción. Prueba de ello son los rebrotes que se dan en países de Europa.
Respecto a la vacuna hay más de 150 proyectos en todo el mundo. De llegar va llegar, pero podemos estar varios meses a la espera. No creo que venga antes del 2021.
Igual tenemos una ventaja: en el país se está probando una vacuna que es potencialmente efectiva y hay un acuerdo general de que la nación que ponga más pacientes va tener la ventaja o cierta prioridad en recibir esas dosis. Al mismo tiempo tendrá un valor de costo y no un valor comercial. Es desarrollada en conjunto por los laboratorios Pfizer (USA) y BioNtech (Alemania). Por otro lado, Brasil ya compró 100 millones de vacunas de la Universidad de Oxford (Inglaterra) que es la más avanzada en términos de desarrollo. Llegará un tiempo de peleas entre países por las inmunizaciones que no nos podemos imaginar.
¿Entonces, barbijos y distanciamiento durante la mesa de Navidad y las vacaciones en la playa? Quizás en Corrientes no sea el caso. No obstante, el panorama en el AMBA es complicado. Bajo una hipótesis favorable en dos meses podría bajar la curva y el número de diagnósticos se mantendría en 500 o 1.000 cada veinticuatro horas. Hay que tener en cuenta que una vez que disminuya la carga viral en Buenos Aires desaparecerán todos los casos relacionados en Corrientes y el interior del país. Será un indicio de un contexto epidemiológico más favorable.
Lunes, 10 de agosto de 2020
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