POR CARLOS VALENTÍN GÓMEZ MUÑOZ
La única verdad es la realidad
La sentencia que dejó con caracteres indelebles a la posteridad el tres veces Presidente constitucional de la nación, Juan Domingo Perón, hoy reluce con más brillo que nunca. Aunque a esa realidad, que es una sola, se la puede interpretar de tantas maneras como sean quienes la definan.
Hoy, en el tiempo límite para definir estrategias, alianzas y candidatos no faltan exégetas políticos que, con la biblia neoliberal en mano, nos señalan el camino a seguir, más allá del acto eleccionario, en el futuro inmediato del país. Desde la visión de la realidad que avizoran algunos de ellos, los gobiernos del país han fracasado en serie y nos han dejado sin margen para la irresponsabilidad valiéndose de promesas fáciles con el propósito de construir las bases de la nación. No esclarecen si eran gobiernos democráticos u originados en golpes militares conducentes al autoritarismo y la disociación. Más, al descrédito, la exclusión y a la pérdida de la de fe y la esperanza del colectivo nacional. Más allá de algún sumario reconocimiento a la falta de capacidad de conducción política del actual titular del ejecutivo, ante la desazón del poder económico, reclaman urgentes reformas que satisfagan las apetencias de dicho sector. Sí, mencionan tras cartón, la necesidad de atender temas en los cuales el estado no puede distraerse y mirar hacia otro lado con supina e insensible ignorancia. Se referirán a los altos índices de pobreza y marginalidad los cuales están probados por todos los identificativos sociales, inclusive el INDEC y el Laboratorio Social de la UCA, la CEA etc. etc. Y golpea dolorosamente impiadiosa la afirmación de que, algunos gobiernos se valen de la cultura del pobrismo para “mantener una clientela electoral cautiva”. Jamás un neologismo fue tan bárbaro y expresivo para definir una filosofía tan alejada de nuestras concepciones humanísticas y cristianas y contraria a nuestra herencia política nacida en la Revolución de Mayo, pasando por la Asamblea del Año XIII, la Constitución de 1852 y los postulados de partidos nacionales y populares como el radicalismo y el peronismo, entre otros. ¿Y a qué reformas harán alusión esos exégetas inspirados y encendidos de “patriotismo”? La previsional ya la tuvieron urgidos por FMI. ¿Tributaria y Laboral? Y acelerar y profundizar el ajuste. ¿Reclamarán seguir las exigencias del FMI, pagos de vencimiento de deuda, e intereses de la misma, vía ajuste presupuestario? Preguntas inquietantes y más aún atemorizantes para el argentino medio al cual pretenden proteger enviándolo al vía crucis superador del que padece actualmente. Y junto a ese sufriente argentino medio, ubicamos a la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios como genuinos representantes de la Argentina productiva que posibilita trabajo y vida digna a tantos compatriotas. Que nos dicen las PYMES, veamos; “ APYME ve con preocupación el eco positivo que se da en medios masivos de opinión pública a los “ festejos” de los Mercados ante la presentación de una fórmula electoral oficialista que representa ni más ni menos que la profundización del actual modelo que dejó afuera a las Pymes, el empresariado nacional, el trabajo y la producción. Las Pymes, las cooperativas, la economía social, las economías regionales, es decir, el 99% de las empresas que sostienen el empleo y dinamizan la actividad económica dependen del mercado interno que, a diferencia de los Mercados, no tiene nada que festejar”. APYME fundamenta que” el fracaso del modelo está a la vista” agregando que las ventas en la mayoría de los rubros de consumo masivo disminuyen ya que los ingresos de la población siguen muy por debajo del índice de aumentos de precios que supera el 55% anual. La economía seguirá en recesión, pronostican, con tasas de interés del 70% que hacen inviable la actividad productiva. La industria trabaja en la mitad de su capacidad instalada. Aclara APYME que la “frágil” calma en el sistema financiero del último mes está sostenida por un desenfrenado endeudamiento en dólares con grandes fondos internacionales y con el FMI, bajo inaceptables condiciones de mayores ajustes estructurales que recaerán sobre los sectores más débiles de la sociedad, las clases medias, las Pymes y los trabajadores. No todos pierden, claro está, los especuladores financieros, los bancos privados, las empresas energéticas, agro exportadores y un puñado de conglomerados de servicios y multinacionales obtienen día a día grandes ganancias bajo este modelo. “ Apyme y múltiples sectores del empresariado nacional, agrega la Asamblea de Pequeños y Medianos Productores, necesitamos un proyecto de país que recupere la industria nacional, la equidad social y la soberanía, lo cual se logra con un Estado activo, participativo y profundamente democrático”. Y concluyen con un concepto que se nos ocurre de meridiana y contundente racionalidad:”Una Argentina que no se construye con el festejo de unos pocos sino con la inclusión y la dignidad de todos los que trabajamos día a día para aspirar a un futuro mejor”. También es una realidad innegable que, muchas veces en política, sobre las filosofías, las doctrinas, ideales y principios priman los intereses. Y que la disyuntiva ha sido y será siempre ENTREGA O DEFENSA DE LA SOBERANÍA Y EL PATRIMONIO NACIONAL.
Jueves, 13 de junio de 2019
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