RIGOR CLIMÁTICO - OTRA EMERGENCIA EN CORRIENTES Y LA REGIÓN
La pobreza estructural
Cuatro de cada diez correntinos viven bajo la línea de pobreza. No es una percepción sino una afirmación que procede de una fuente oficial. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) en sus últimas tres mediciones semestrales ha ubicado a Corrientes en el podio de la pobreza a nivel nacional. Esto significa que al menos desde hace dos años el distrito exhibe los peores indicadores sociales del país; el drama viene desde hace tiempo, solamente se acentuó en el último período
Constituyen una enorme porción de la población que permanece invisible a los ojos de la mayoría, están afuera de la consideración real del sistema, casi siempre ajenos a la acción efectiva del Estado, que publicita mucho y hace poco. Son los que no tienen trabajo permanente ni de calidad, por lo tanto comen salteado, viven con lo que tienen, se visten con lo que pueden y andan con los pies descalzos. Son los que pisan la tierra y la frase no tiene ninguna pretensión poética. Pisan la tierra, cuando no les toca el barro. Y a veces peor, permanecen con los pies en el agua, hasta las rodillas, y en ocasiones incluso tienen que huir. La inclemencia de la naturaleza y sus catástrofes paradójicamente los acerca a la superficie. Más hundidos parecieran estar y sin embargo es lo más próximo que estarán de ser -por fin- visibilizados. El temporal de agua y viento que afectó a toda la Capital, pero que se ensañó con los pobladores de los barrios periféricos hizo que la pobreza deje de ser una estadística y se corporice con rostro, voces, nombres. Este diario recorrió en los últimos días casi todos los barrios con problemas de anegamiento o con familias inundadas y el denominador común es la postergación. No es casualidad que gran parte de la ciudad haya quedado bajo agua, es que hay una pobreza estructural en el marco de una pauperización social que se profundiza. En los bordes de esa pendiente social, hay familias de -la famosa- clase media, trabajadores, asalariados de todo nivel y con cuentas varias, pero también están los otros, los de billeteras más holgadas, que también chapalean en la inclemencia con idéntico padecimiento de aquellos que nada tienen. Es que la pobreza no sólo implica carencia de sustento económico para alimentarse, vestirse, para tener salud, educación o algún entretenimiento; también hay pobreza cuando el agua tapa la calle, inunda las viviendas, impide circular, obliga a suspender el transporte, obstruye la actividad laboral, obliga a modificar la rutina aunque sea por un par de horas. Hay una pobreza que es estructural y que va más allá de la estadística cuando el agua llega a los pies de todos. (L.A.S) s
Domingo, 13 de enero de 2019
|