Con goles de Rigoni y Meza, el Rojo se impuso por 2 a 0 a Racing y sigue trepando en el campeonato. Holan, emocionado hasta las lágrimas.

Ganar un clásico tiene un gusto especial, y más si con la victoria se deja al máximo rival sin chances de pelear por el campeonato. Lo saboreó esta vez Independiente, que derrotó 2-0 a Racing como local goles de Emiliano Rigoni y Maximiliano Meza y lo sacó de la discusión por el título.

El primer tiempo se jugó bajo las condiciones que impuso el visitante, que no le dejó manejar la pelota al equipo de Ariel Holan, le ensució en el partido en la mitad de la cancha y lo dejó desconcertado. Sin embargo, las situaciones de gol fueron escasas y, en la mejor, Gustavo Bou definió demasiado débil cuando estaba cara a cara con Martín Campaña.

Para el complemento, el Rojo cambió su actitud, se plantó en campo rival y comenzó a generar cada vez más peligro. Y a los 16, un par de minutos después de que el árbitro no sancionara un penal por una falta sobre Ezequiel Barco, Rigoni se hizo cargo de un tiro libre por otra infracción sobre el juvenil, remató al palo del arquero y encontró una muy floja respuesta de Agustín Orion para poner el 1-0.

Con la ventaja, el equipo de Cocca se desesperó e Independiente supo manejar la temperatura del partido hasta el final, para liquidarlo sobre la hora con un golazo de Meza y desatar una fiesta de sus hinchas que venía postergada: fue el primer triunfo de local en todo el año para el Diablo, que se puso a cuatro puntos de la zona de clasificación a la Copa Libertadores y sueña.

Lunes, 15 de mayo de 2017