POR CONFUSIÓN
Policías tirotearon y golpearon a jóvenes en un procedimiento y estos resultaron ser inocentes
Se trata de un funcionario municipal y un músico, luego del cierre de la fiesta criolla desarrollada en Paraje Mora. Ya en la ciudad y pasada la medianoche, un móvil no identificado los persiguió a los tiros por la ciudad. Luego de ser golpeados, maltratados y detenidos por equivocación de la policía de la provincia, quedaron en libertad cuando los efectivos reconocieron que no eran las personas ni la camioneta que buscaban.
Se trata del director de Asuntos Rurales de la Municipalidad de Goya, Guillermo Américo Córdoba, que acompañado de uno de los músicos que actuó en la fiesta criolla del Paraje Marucha sufrió el desafortunado episodio con policías de investigación criminal de la Unidad Regional II de la Policía de Corrientes.
DECLARACIÓN DE GUILLERMO CÓRDOBA
Consultado sobre las circunstancias en las que fue detenido, Córdoba dice haber llegado de la actividad llevada a cabo durante la jornada del sábado en la segunda sección rural, en Goya realizaron unas diligencias en la terminal de ómnibus y tras descargar elementos de la camioneta Chevrolet S-10 en la que transitaba acompañado de uno de los músicos del evento, se dirigieron en busca de un local de comidas rápidas siendo alrededor de las 00:15 del domingo.
“Estábamos yendo a comprar hamburguesas, cuando por Sarmiento, entre Mitre y Corrientes, se nos cruza en el camino un automóvil no identificado, marca Renault, de color gris oscuro con vidrios polarizados; bajan dos personas y sin mediar palabras, efectúan dos o tres disparos. Pongo en reversa e intento escapar de lo que yo creía que podría ser un robo. Ni pensé que podía ser la policía” explica Córdoba, aclarando también que las dos personas que bajaron del automóvil, no tenían uniformes ni identificación alguna.
“Paso entre el auto atravesado y el bulevar, en un espacio reducido que quedó del ancho de la calle; sigo dos cuadras y entro a Avenida Rolón hasta Ferré, calle que tomo hasta José Gómez y luego me dirijo al norte. Mientras tanto, mi acompañante llama al 101. Asustados, les informamos que un vehículo nos venía siguiendo a los tiros y que nos dirigíamos hacia la Comisaría Primera para refugiarnos allí” cuenta sobre por qué no detuvo la marcha, aclarando nuevamente que seguía pensando que podría tratarse de un robo.
“En Mariano I. Loza amago que voy a doblar en contramano y doblo en sentido de circulación; sigo hasta Belgrano esquivando autos y motos, tomo Belgrano hasta San Martín, siempre en trayecto y con objetivo de llegar hasta la Comisaría Primera” explicita sobre el trayecto de la persecución.
Sobre el último tramo de la persecución, narra: “Tomo San Martín y doblo en contramano en la esquina de Colón, para estacionar y refugiarme en la comisaría, pero cuando abro la puerta, los disparos comenzaron nuevamente y desde ese momento no recuerdo más nada, hasta encontrarme adentro, esposado y garroteado”.
Preguntado sobre si él o su acompañante intentó resistirse al arresto, explicó que: “No. Ninguno de los dos entendíamos nada. Ambos fuimos golpeados por varios policías y nunca entendimos por qué.”
También fue consultado sobre qué tipo de golpes recibió. Córdoba respondió que “todo tipo de golpes, por todos lados.”
Al final del desafortunado suceso, cuenta la víctima que “llegó el comisario y ordenó que inmediatamente suelten. Al ver nuestros documentos, se dio cuenta de que no éramos las personas ni tampoco era el vehículo que estaban buscando. Nos explicó que se trató de un mal entendido y nos pidió disculpas.”
Preguntado también sobre por qué no tenía chapa colocada la camioneta que conducía, Córdoba explica que “está hecha la denuncia de extravío de chapa. Si bien es parecida a la camioneta que estaban buscando ellos, este vehículo fue identificado por la policía tres veces en un lapso de tres días; las tres veces pusimos a disposición toda la documentación.”
Lunes, 20 de junio de 2016
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