Se trata de Sergio González, quien fue hallado culpable del asesinato de Silvia María Ayala en un hecho ocurrido en octubre del año pasado.

Sergio Alfredo González (38) fue condenado a prisión perpetua por el asesinato de su pareja Silvia María Ayala (33) en octubre del año pasado en la localidad de Paso de los Libres.

González fue hallado culpable del delito de “homicidio agravado por la convivencia y violencia de género”, en virtud del artículo 80, incisos 1 y 11, del Código Penal. El Tribunal de juicio fue presidido por el doctor Marcelo Pardo, acompañado de los doctores Marcelo Fleitas y Gustavo Ifran.

El fiscal de juicio fue el doctor Facundo Sotelo y el imputado fue representado por la defensora oficial, doctora Susana Ferreira, en tanto que la asesora de Menores (sustituta) fue la doctora Daniela Di Tomaso.

En su alegato, la defensa de González pidió al Tribunal que considerara las “circunstancias extraordinarias de atenuación” a la hora de emitir la condena, por el estado emocional en el que se encontraba el acusado. Expresó que “González tuvo una infancia y vida dura, y en su cotidianeidad no era una persona violenta”, precisó el portal de noticias Confirmado.


Por su parte, el fiscal Facundo Sotelo sostuvo que “no hay dudas sobre la materialidad y autoría del hecho”, en relación a la responsabilidad penal de Sergio González.

Está “probada la violencia de género, ya que González provocó violencia doméstica y tuvo la intención de matarla”.

Para el Ministerio Público Fiscal, “el móvil del crimen fueron los celos”, y añadió que “la mujer intentó dejarlo y este no aceptó”.

El caso de femicidio fue resonante. En octubre del año pasado, en un domicilio ubicado en pasaje Santa Cruz y Alfredo Palacios del barrio Coral, González asesinó con un arma blanca a su pareja. Tras el sangriento ataque, el femicida se autoprovocó una lesión en la zona del cuello con la intención de matarse. Ocurrió alrededor de las 22, cuando la pareja, que llevaba dos años de relación, estaba por cenar.


El hijo mayor de Ayala, de 14 años, no fue testigo porque apenas unos minutos antes había salido rumbo a un kiosco para comprar una gaseosa. Sin embargo, la niña presenció el brutal ataque a su madre y comenzó a gritar desesperadamente. Así fue que un vecino escuchó el pedido de auxilio y se dirigió a la casa a socorrerla. El hombre contó que, apenas entró, vio los cuerpos ensangrentados.

La Policía fue alertada por los vecinos que escucharon el pedido de auxilio de la niña, y cuando los efectivos llegaron a la casa, se encontraron con Ayala sentada contra una pared, ya sin vida, y a González gravemente herido. La autopsia reveló que Silvia Ayala sufrió cortes en las manos, que evidenciaban un desesperado intento por frenar los puntazos que le tiraba González.

Tras recuperarse en el Hospital San José, el femicida quedó detenido.

Miércoles, 16 de noviembre de 2022