PABLO VASSEL INVITA EN UNA NOTA A APOYAR A LOS CLUBES DE GOYA
Para Federico y mis hogares de niño: Unión y Amad
Por María Verónica Bassi.- Editorial de Pablo Andrés Vassel. Me crie en el Club Atlético Unión. Por supuesto tenía casa. En el 620 de la misma Agustín P. Justo. Allí me alimentaba y dormía, como un aguantadero, pero volvía a sus instalaciones que eran como el patio de mi casa. Allí estaba el mini básquet, la cercanía con la placita cuando les tocaba ocupar la cancha a los mayores y de nuevo el club cuando la oscuridad de la noche avanzaba sobre la plaza y era el momento de volver a Unión a jugar al costado de la cancha y aprender de la Primera.
En mis etapas formativas me tocó un gran profesor, maestro de alma, Ricardo González Longo que cometió el grave crimen de ir a trabajar a Santa Cruz dejándonos sin su instinto ganador y su capacidad de formar buenos jugadores. También allí se notó su mayor fracaso, conmigo, nunca pude lograr ser un buen jugador pese a toda la sangre de basquetbolista que corre por mis venas por vía materna y paterna. Y mi altura¡¡¡¡. Toda mi vida escuche como un latiguillo sobre mis escasas virtudes con la redonda anaranjada “Qué lástima, y eso que es tan alto”. Llegue al 1,96 de altura pero la cosa no mejoró. Siempre prioricé mi pertenecía al Movimiento Scout, a la vida al aire libre, a mi formación política, a la lectura de textos históricos y de interés social. Y claro así uno no puede ser un buen jugador y allí venían la otra tanda de reclamos en mi casa.
Mi abuelo materno había sido uno de los fundadores del Club. Mis tíos directivos, todos mis primos y hermanos jugadores y mi madre Glyde siempre activa. La Secretaría de la Institución lleva su nombre, terminó siendo presidenta en el exacto mismo momento que mi padre Enrique era presidente del eterno rival, AMAD. Porque allí viene mi otra vertiente basquetbolista.
El Club de la calle San Martin había visto a mi padre como fundador, luego excelente jugador, por años se habló casi como de un mismo nombre de la dupla ENRIQUE/GALLINA. Y Gallina era Taglioretti un hermano de la vida que el deporte le regaló a mi padre., porque eso claramente te regala el deporte: Amigos y Hermanos de la Vida. Mi padre luego fue un exitoso técnico y dirigente deportivo. En sus varias presidencias se construyeron los enormes estadios del Club. Mi hermano Enrique, fallecido trágicamente, también fue presidente. Y Todos en algún momento vestimos ambas camisetas Enrique, Picoco, José y Yo. Aclaro que jugando para AMAD era tan malo como para UNION, eso no tenía remedio.
Desde siempre los clubes de barrio tienen un rol fundamental en la formación de las personas. Te sacan de la calle, te forjan el carácter, te promueven la vida sana, te permiten formar principios de vida permanentes y eternos.
Hoy me llega un mensaje de mi sobrino Federico Kammerichs. Luego de su brillante carrera en el país y en el exterior inició otra etapa en su vida deportiva. Es vicepresidente del Club. Felicitaciones a él y a toda la Comisión Directiva. Muchos de ellos compañeros míos de niño como Jorge Brest, Guillermo Perrotti y Marcelo Muñoz. El resto parientes como Carlitos Fornies, amigos y vecinos de mi barrio, porque a pesar del tiempo y haber trabajado en varios lugares del País, mi casa sigue en la Agustín P. Justo, esta vez en el 671. (en el mismo barrio)
En su mensaje Federico me comenta de la campaña de afiliación que inicio el club. Hay que sostener gastos, pagar el salario de cuidadores y docentes, disponer de elementos deportivos para los nuevos jugadores, reponer los deteriores y abonar los servicios.
Quienes pasamos por Unión, o cualquier otra entidad deportiva de fuerte perfil social, estas instituciones nos ayudaron a ser mejores en la vida y a tener oportunidades, no tenemos sino un solo camino, retribuir, devolver lo recibido y permitir que dentro 40 o 50 años hayan otros goyanos que se emocionen tanto como yo al escribir estas líneas, porque saben que cuando hablan de su propio club están hablando de su propia casa.
Hacerte socio. Colaborar. Ser parte de la alegría de otros niños es un placer único e intransferible. Ser solidarios, aun en momentos difíciles para todos, como éstos, te permitirán además ser un ejemplo para tus hijos e hijas. Es fácil ser solidario cuando sobra. Nuestro pueblo tiene esa virtud. Es solidario incluso mientras le duele. Gracias Federico por anoticiarme del esfuerzo de la nueva Comisión Directiva y muchos éxitos en la nueva gestión.
Viernes, 23 de abril de 2021
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